Revista Viajero N° 70 - Diciembre 2012

 

Emma


Tantas palabras para decir.
Sentimientos que agrandan los ojos, 
sensaciones tremendamente triunfales.
Pequeña mirada tan colorida,
arco iris de risa sobre mi alma.

Tantas palabras para decir.
Se desordenan queriendo 
amontonarse todas juntas en mi boca 

Te siento, te miro, te amo, te aprecio.
Mi cuerpo no siente cansancio cuando estás conmigo 
y mis oídos oyen palabras hermosas en silencio

Tantas palabras para decir,
tantas que resumirlas es imposible:
mi corazón destella con tu mirada.
Imposible es saberme infeliz.
Imposible no querer tu compañía.
Imposible no quererte, amarte, besarte.

Tantas palabras para decir 
y solo digo que ser feliz.

















 Amigo, siempre amigo


Hace unos años atrás, tenía dos pacientes barones que compartían la habitación y hacía tiempo que estaban juntos. Me desempeñaba en el turno mañana, de lunes a Viernes. Todos los lunes me esperaban y me lo decían, porque les brindaba algo, que mi Padre Celestial siempre me da. ¿Qué?: Amor, comprensión, consuelo, a parte de realizar mis tareas de enfermería. Uno de ellos era expresivo, alto, tez blanca, cabellos negros, ojos marrones, yacía débil y estaba solo, pero tenía un matrimonio amigo que lo ayudaba y charlaba mucho con el, para alentarlo. El otro, era arisco, de tez trigueña, bajito, cabellos blancos, ojos celestes, con arrugas en su rostro; quizás por el sol o los años, no lo sé, su esposa lo acompañaba. Padecía una enfermedad respiratoria crónica, producida por el cigarrillo y necesitaba oxígeno para respirar. Era arisco y no quería comer. Estaba cansado de la comida del Hospital, me decía: ¡Comé vos! y nosotros no debemos hacer eso, como tampoco sentarnos al borde de la cama de los pacientes, pero para que comiera, me sentaba a su lado y comía un poquito y así, el también comía otro poquito. Un día, el arisco, tubo que ir a Terapia Intensiva, porque el oxígeno ya no le alcanzaba para respirar. Pasados unos días mejoro, seguía en terapia, dependiendo de oxígeno. Tiempo después, necesitaba un antibiótico y fui a terapia a pedirlo prestado. Escuche una voz que me llamaba, y al darme vuelta, era él: el arisco, con una amplia sonrisa y un brillo en sus ojos color cielo, me acerqué, lo saludé y ¿saben lo que hizo? algo maravilloso: me dio un gran abrazo.

Ine
5/11/2012
















Erosión


Transcurrí como el aire libre, mi carnavalesca vida.
Envuelto en serpentinas, humedecido entre copas y 
perfumadas velas 
Dibujada silueta, llegaste como la ventisca que al oleaje envuelve
y derrama en ardientes arenas brindando respiro.
Amante en mi vida, lograste ser única opción,
nadie fuera de ti despertó interés,
quise lograr el susurro, que el primer rayo de luz deleita y seduce,
pero no: tus amaneceres, míos nunca lograrán ser.
Zarpaste cuál migratoria ave,
emprendió vuelo dejando vacías mis temblorosas manos,
Cegando de llanto mi oscura mirada.
Desprotegido me hallo, cual pedregosa meseta,
que el intenso viento erosiona y no produce retroceso.

Luis 528
















Para sus ojos


¿De blanco, negro?
¿Floreado, liso?
¿Cómo brillaré más ante sus ojos?
¿Qué provocará más sus sentidos?
¿Qué perfume?
¿Cómo le gustará mis mi  cabello?
Elijo vestido, lo atraeré más así.
Lo imagino mirándome y le gusta.
Dejo mi cabello suelto, siento sus dedos deslizándose.
Rocío apenas mi cuello con mi perfume favorito
y puedo ver como lo siente y le encanta.
Pinto mis uñas, le encantan mis manos
Estoy lista para nuestra noche
Pero nada es para mí,
solo es el ritual de ser suya.

Marina P. Aguirre
















Te Busco

Para tita con mucho amor 
Tanto tiempo sin volver,
tanto tiempo te espero.
Solo sé que estás por ahí, 
no quiero pensar que estás en el cielo.
                 ______________________
Extraño tu risa de bruja 
o tus malas palabras de amor.
Cuantas veces la frente te bese, 
pensando en la humorada,
o tal vez, en la dulce cachetada.
              _____________________
No quiero que estés triste: 
pronto te veré y tu me verás.
Tendremos largas charlas, 
y tus consejos escucharé. 
               _____________________
Tarde te cruzaste en mi camino. 
Tus enseñanzas disfruté.
Tal vez ese era, no el tuyo, sino mi destino.
                 ______________________
De gloria, de orgullo llenaste pechos
y de sabiduría mis pensamientos.
Dejo que mis palabras
te las alcance el viento.
             _______________
Madre de todos nosotros,
yo sé que estás por ahí.
Síguenos protegiendo,
necesitamos cubrirnos con tu manto 
para que nos sigas uniendo.
                ____________________
Extraño tu risa de bruja 
y el amor que llevas dentro. 
Recorro el espacio infinito 
y en ningún lado te veo. 
Pero tu amor lo llevo en el alma,
como me llevo los buenos recuerdos.

Héctor Carpio
















Brisa Vainilla


…En una porción del crucigrama
que nos sueña
para que soñemos y convirtamos
el correr de la tarde
con humedad las baldosas al revés
esas que fueron puestas al asomar
metros de vida
cuanta temperatura se desliza
tiene prisa, tatuajes indelebles
solo vorágine agitándonos
en este ser y no ser marionetas
al veinticinco por ciento
y donde está tu sonrisa?
por que la encarcelo un barco de piratas
en pleamar?
a veces atraviesas las cortinas del cuarto
sirena en arco iris
audaz brisa vainilla letras en una porción del crucigrama
dicen te quiero
y murmura el corazón.

Revista Viajero N° 69 - Octubre 2012

 



















Troncos

Expiro una poesía
echada sobre la mitad
de un árbol curtido.
Veo cráteres infinitos
colmados de vida dura
árboles de ayeres
que abrigaron palomas
y nuevos pensamientos.
Sol inca / maya / gringo
en mi piel el sabor a pino
en mis manos el olor a enero.
¿Acaso habrán llorado
al rasgarse su corteza?
¿O sólo estarán dormidos
en el silencio etéreo?
Caen sus marrones entrañas
en lo que sabe a tiempo
y a viento amarillo.

Elizabeth Francken
“Los años ámbar”
















En una burbuja 


Me perdí completamente
y todo desapareció, solo eran estrellas.
Floté en la magia y fui feliz en una burbuja.
Solo instantes, minutos, horas.
Un sueño fugaz que pude experimentar. 
Una ilusión de un autor audaz.
Me perdí y nada me importó, lo sé.
Fui huésped temporal en una nube,
disfruté su suavidad y calidez.
Permanecí en un relámpago de pasión.
Me dejé seducir por la luz y el calor del sol. Me perdí, lo sé,
e imaginé praderas llenas de flores para nosotros,
besos en lugares soñados, momentos únicos,
bailando juntos mis canciones favoritas.
Inventé una tarde soleada para nosotros.
Estamos mirándonos a los ojos, se conectan nuestras almas.
Por fin sentís en tu pecho,
lo que no pude decir con palabras. 

Marina P. Aguirre




















Rocío


Cual celo, arrogancia gallarda, 
lacera en frecuencia 
dejando sus marcas en mi expuesta tez.
Me siento invadido por mis desventuras, cual frondoso 
árbol que la tempestad destruye con saña: 
su troncha rama esparce en la tundra, marchitadas hojas. 
Cuan bello resulta mi dicha a tu lado, tu imagen  
constante se aleja y persigo mis pasos 
que deambulan, luego de hinojos decaigo y 
bendigo por ti. 
Insipiente pimpollo tu aroma subyuga, 
y en flor majestuosa transforma caricias de luna, 
la misma que brillo te ha dado, ajeo mi semblante; 
marcando las huellas de etapas vividas.
Que lejos mis brillos se han ido, y yo, como un necio, 
pretendo lograr la luz de los tuyos.

Luis 528
















El cometido


El día que volviste se te veía conforme con vos mismo, como quien ha logrado cumplir una tarea largamente postergada. Te había llevado mucho tiempo tomar la decisión de hacer ese viaje a la costa por lo que involucraba.
Concluido todo, ya de vuelta, me dijiste que la noche anterior a la partida no habías podido pegar un ojo y que nunca terminarías de agradecer a Carlos el que te hubiese llevado en su auto. También  tuviste presencia de ánimo para contarme, con gracia, una anécdota del viaje: mientras estabas en la playa llevando a cabo la acción que te había llevado hasta allí, un tipo, que venía corriendo por esa playa alejada, al verte y darse cuenta de la situación, dio un giro de noventa grados y dijiste que hasta la Inter-balnearia no habría parado; para concluir con un “nadie olvida jamás el día en que se arrojan las cenizas de un padre al mar, ni propios ni extraños”.

















Extrañándote


Son apenas las siete de la tarde de un día casi otoñal, y aunque aún el claro del día se entretiene buscando quedarse, yo siento como si ya se hubiera ido, y todo se ensombrece dentro mío. Es un laberinto de sentimientos y de ideas, que mi pensamiento no consigue disciplinar. 
Debo aceptar que creo conocer la razón de mi estado de ánimo; y deseando resistirme, termino por aceptarlo. Pero hay algo dentro mío que no se resigna, e insisto buscando cambiarlo, aunque sea, con sólo pensar que las cosas pueden ser diferentes. No pregunto dónde estas, porque sé dónde y con quién. Sólo me queda el alivio de pensar que nuestros pensamientos son los mismos, como igual el deseo de estar juntos. Si hasta puedo imaginar que  estás sintiendo la misma necesidad, de sentir el peso de mi cabeza apoyada en tu hombro, unidos nuestros cuerpos en un abrazo que lo diga todo, mientras nuestras bocas dejan en cada beso, el deseo de compartirlo todo, de no guardarse nada, en una entrega donde está el amor, mezclado con el deseo infinito de darse al otro, buscando aquietar la melancolía que llega para quedarse, en las horas de ausencia.

Marzo 2003
Nilda Dotremont
















Hijo

Dedicado a quienes luchamos mucho 
por ser mamá y para las que aún están luchando...


María Krause
















En las costas del Caribe


Capítulo IV


Pasaron dieciseis años del primer encuentro de Sam y Astrid. Oliver Cromwell se había convertido en soberano de Inglaterra; los piratas rondaban todas las aguas del Océano Atlántico;la vida en tierras europeas era muy difícil.
América ya estaba mas organizada. Ya había finalizado el traspaso de instituciones de gobierno, cultura y Fe desde España. Aunque, en algunos lugares recónditos de las islas centrales del continente, grupos de indígenas que aun conservaban sus primitivas costumbres, vivían en clanes, siempre planeando atacar a los extranjeros.
Surgió un viaje del corsario Charles Oldiver, y Sam fue escogido como timonel para la tripulación. A pesar de que trató de convencerla de lo contrario, Astrid se dispuso a acompañarlo. Oldiver se hizo a la mar el 2 de febrero de 1651, y llegó a América en abril.
Las tribus antillanas estaban aguardando que desembarcaran y, al instante en que el último tripulante cayó en tierra, iniciaron un salvaje ataque. El jefe, ya viejo, reconoció a Astrid al momento y fue directo hacia ella.
En la huida, la doncella tropezó y el indígena consiguió tomarla por las muñecas.-"Por fin serás mía , europea"-, dijo entre dientes.
Pero el siempre valiente Sam arribó como una luz a impedir que se la llevara. Se trenzaron en una lucha a espada y lanza,que culminó cuando un indio disparó al marino inglés dos flechas a traición.
El jefe escapó fugaz, aunque no se llevó a Astrid, quien se echó enseguida a ayudar a su esposo. Después de remover las flechas de su espalda, lo recostó sobre el verde suelo de la costa. Comenzó a pedir socorro a gritos, pero él la detuvo: - "No te preocupes,  mi amada.Alguien me ha dicho que es momento..."
- Entre lágrimas, ella lo acarició y comenzó a cantar una soloma, canción que entonaban los marineros, que conocía bien:

       “El amor me ha encontrado.
        La riqueza me da igual;
        solo habrá de consolarme
        mi marino audaz, jovial."- y agregó-
       "Desde que entraste a mi vida,
        nada es igual para mi,
        y hasta el fin de mi existencia
        te seguiré amando así.”

Con el sonido del mar junto a ellos, Sam cerró sus ojos. Astrid volvió a Inglaterra y vivió allí con su hija.
Cada 22 de abril,hasta el día de su muerte, tomaba el diario con las iniciales S.C. y lo releía de principio a fin, para recordar aquella travesía que hizo crecer el AMOR VERDADERO entre dos jóvenes europeos en tierras americanas.

Vicky
(13 años)
















Tu nombre


Tu nombre da mil vueltas en mi cabeza.
Tu nombre, aveces, me hace sentir feliz
y aveces llorar.
Tu nombre es una palabra, pero cuya palabra me hace sentir 
que toco el cielo con las manos,
y aveces me hace sentir por el suelo.
Tu nombre, prohibido olvidar, es aveces una mala palabra y 
aveces una hermosa.
Tu nombre es una mala palabra para mi corazón.

José Mata

Revista Viajero N° 68 - Septiembre 2012

 

















Azul de jacarandá


La mañana amaneció muy luminosa, tanto como para confirmarme que la primavera, es la más linda de las estaciones del año. Terminé de levantar la persiana de mi habitación,  lo que me permitió, contemplar un cielo muy azul. Aspiré con fuerzas buscando llenar mis pulmones con el oxígeno perfumado de las plantas del jardín. Y lo sentí fresco entrar en mis pulmones, y llegar al corazón, produciéndome una dulce sensación de felicidad.
El jacarandá que habían plantado mis padres, estaba tan florecido, que el azul de sus flores lo cubrían todo.
Yo amaba su perfume que me era harto conocido. Y es que me había acompañado desde mi niñez, y hoy, que mis padres ya no están, me los recuerda su presencia.     
Y cómo decir, para que no crean que alucino, que cuando el viento sacude sus ramas, en el sonido que emiten, me parece escuchar la voz de mi madre, diciendo mi nombre. Esa inconfundible voz dulce con tonada provinciana, que yo tanto amaba.
Recuerdo cuando por las tardes, sentadas bajo el árbol, yo apoyaba mi cabeza en su regazo. Disfrutaba sentir sus dedos pasear por mi cabeza, tratando de prolijar mis cabellos, renegridos y rebeldes, tan distintos a los grises de hoy!
Cuando la soledad visita mis días, busco encontrar bajo sus ramas, las voces que se quedaron prendidas a su tronco. Cómo olvidar que fue con él, con quién compartí  la dicha cuando la vida me premió con la llegada del amor y de los hijos! Me detengo a mirarlo, y descubro que también él ha envejecido. Me lo dicen su tronco grueso y sus fuertes ramas.
Por eso esta mañana, al contemplarlo meciendo sus ramas armoniosamente, y expandiendo el  perfume de sus flores, me pareció ver, que  buscaba  impregnarlo todo, y así quedarse más cerca de mí.
Mi viejo y amado jacarandá, quiero ahora,  bajo este cielo azul de tus ramas en flor, contarte, sin pronunciar palabra, ¡que he vuelto a enamorarme! Es que acaso, ¿ya lo sabías?!...
                                                                 
Nilda Dotremont - Diciembre 2003
















El niño-hombre diferente

Dedicado a Canela desde mi corazón 
Brillante, divertido
inteligente, tenaz,
sencillo, humilde,
perseverante, soñador...
Tantas palabras más para reflejar
a este niño - hombre.
 
Niño especial,
siempre sonriente,
encantador, divertido,
chiquilín, charlatán
capaz de construir momentos
solo con rizas, palabras, cosquillas y chascarrillos.
 
Hombre al que admiro
por su voluntad para superarse,
su deseo de crecer y ser siempre más.
Bondadoso, protector, confiable,
luchador incansable.
Cazador de sueños.
Vencedor de obstáculos.
 
Un hombre que quiere ser gigante.
Un niño lleno de fantasía.
Un luchador que pelea hasta obtener  lo que quiere.
Un soñador que aún persigue sus sueños.

Marina P. Aguirre
















Sombras


La puerta se abre
a los canteros húmedos, sombríos,
despojados de todos sus colores,
caen marchitos los jazmines
que ayer adornaron tus secretos.
Siguen creciendo los rosales rojos
que cubren el balcón hoy despintado.
Ya no se ven gorriones, jilgueros, calandrias
que llegan en busca de miguitas
cuidadosamente esparcidas en tu falda.
Las macetas cubiertas de gramillas,
los geranios ahogados en la sombra.
Viví y amé las horas de tu vida
te guardo fiel en la memoria,
volaste igual que esa nube blanca
yo te sigo viendo amante, soñadora
desde el bagaje invisible de los sueños.

Beatriz Guano de Scalisi

















Yin


Brotamos de la tierra. Nacimos en la noche pues nuestra piel tan clara no hubiera soportado la potencia del sol. En ese estado primigenio nos revolcamos desnudos y aparentemente inconscientes. La humedad nutrió nuestro espíritu y fue configurando el carácter. Luego, el fuego se encargaría de sellar nuestra piel, no éramos como los animales que viven en el agua, y necesitábamos curtir nuestro cuero para que no escaparan los fluidos y perecer en la disolución.
Crecimos fuertes y arrogantes. Aprendimos a trabajar. Sentimos nostalgia por la tierra y la penetramos con hierros y azadones, sabíamos de su fertilidad. Aprendimos el orgullo y el castigo.
Pero al final de la jornada, cuando el sol se pone, una irremediable melancolía nos invade. El ocaso es una hora fatal, donde muere el día y sus motivaciones. Todo se vuelve de un gris azulado que no llega a establecerse jamás. Aunque creemos saber lo que vendrá luego, renace el ancestral temor a lo indefinido. Pero el temor no importa, nos sumergimos en la noche pues necesitamos disfrutar y morir, aunque sea un poco. Sólo así soportaremos vivir al día siguiente.
Llega la noche y sólo hay dos caminos. Buscar refugio en la morada que ya hemos construido, donde nos creamos un nicho cómodo, confeccionado de seres y objetos que intentan convencernos de su constancia y previsibilidad. O sumirse en la noche, arremeter de frente contra ella, aunque sepamos que es imposible encontrarle cara y que irremediablemente vamos a sucumbir a la multiplicidad.
La noche despliega unas calles infinitas, llenas de sombras, licores humeantes y cuerpos blandos. Es el imperio de lo imprevisible, la naturaleza recobra el poder que parecía haber cedido a la ciudad del hombre y su luminosidad.
El hombre domestico buscó refugio en su morada cuando el sol, que lo protege y lo castiga, se ocultó. Obediente y consciente de no poder huir de la oscuridad se internó en ella de la manera más convencional. Entró a la casa que construyó en los días de sol, con ladrillos de tierra. Se acostó con su mujer y se hundió en lo negro de sus entrañas, jurando hacerle un hijo que le sirviera de justificación. Pero este hombre no escogió un destino diferente al del vagabundo o el borracho que se zambullen en la noche, pues él naufragó en los infinitos del sueño y el amor.
Por eso, al día siguiente, el hombre se renueva al tomar otro camino, otro surco en el ciclo eterno. Él, al igual que todos, fuimos uno y otro hombre, fuimos domestico y vagabundo, y volveremos siempre a serlo.

Juan Felipe Galindo Márquez
Colombia





































Desvelo


Oí llegar tus callados pasos 
y en silencio observé tu presencia ausente. 
Mis toscos y trémulos brazos buscan
proteger tu lejana y frágil figura. 
Inmensurablemente deseo darte abrigo, 
y así tus labios ofrendarán sus besos 
y saciarán este anhelo,
que a cada instante muestra más crueldad.
Se haya enrojecida mi garganta de tanto jadear, 
con angustia, tu nombre preciado.
Mis ojos cubiertos de nubes viajan sin ver,
solo responden mi turbia imaginación 
y no ofrecen más lágrimas: todas fueron derramadas por ti.
Largas noches en vilo transcurren 
y nada logra doblegar mi desvelo,
ni nadie apartar la marginación 
que tu ido amor produjo en mí.

Luis 528










En las costas del Caribe


Capítulo III

    El 20 de agosto, las familias de los tripulantes y hasta el Rey en persona se reunieron en el Puerto de Londres para recibir a los aventureros que volvían esa tarde de América.
    Astrid había conseguido unos retazos de género que habían quedado olvidados en el barco de otro viaje, y con ellos hizo una sencillísima falda para poder quitarse el vestido andrajoso. A pesar de que no le daba importancia suprema, como buena cristiana, al aspecto físico, tampoco era cuestión de presentarse ante el Rey como mendiga. Sam se ocupó, apenas inició la vuelta a casa, de curar sus heridas, en cuerpo y alma,  y acompañarla en todo momento.
    El 6 de septiembre de 1636, la joven pareja se unió para siempre en una humilde capilla del norte de Londres. En 1638, nació su única hija, Anne.
    Todo era paz y alegría en la familia Clevell.

Continúa en la próxima edición

Vicky
(13 años)
















Cuando yo era viejo


No veía las cosas con claridad:
hablaba de cosas  que solo los viejos como yo,
los que nos reíamos sin entender el chiste, hablamos. 
Cuando yo era viejo, no tenia donde estar, 
no me visitaba nadie y nadie me invitaba a cenar.
La familia de mis amigos no me querían hablar,
no te juntes con ese, mira que viejo está. 
Así  andaba por la vida con mi anacrocidad,
no entendía a las mujeres y  mucho menos ellas a mi.
Mi familia me decía ¿Por qué no hacés algo? Mirá que viejo estás.
Tenía mi cama y la tele, no tenía nada más 
un día decidí ser joven y la botella aparté. 
Vendí todos los envases y del bar me alejé.
Hablé con mis amigos, mi familia y un apoyo encontré: 
ahora que soy joven duermo bien por las noches, 
la acidez se me fue, no me persiguen fantasmas
y al baño voy una sola vez. 
Quiero estar con mi hijo y a mis padres ayudar,
entiendo de qué habla la gente
y no entiendo a mis amigos viejos. 
Ahora que soy joven quiero cosas hacer,
hasta el deporte es una posibilidad.
Ahora pasado el tiempo, 
me río cuando algunas veces 
alguien me dice , que joven estás.

















Verano


Un camino de hormigas sin hormigas
se abre paso por el césped blanquecino,
pleno verano. 
Un camino de hormigas con hormigas,
una o dos, sin carga, livianas.
Ellas resisten el agobio.
Yo me consumo

Viviana Solaroli

Revista Viajero N° 67 - Julio 2012












Lluvia


Esta vez no traes tristeza
ni melancolía.
Ni siquiera esas ganas de llorar
hasta el alba, dejándose caer
por un abismo sin sentido.
Esta vez traes alegría,
señales de un café compartido,
de una charla entre cómplices.
Esta vez traes poesía
amarrada a la sensación
de plenitud
de sosiego
de vida.
Afuera, lluvia...
Adentro, dicha...

Elizabeth Francken
“Los años ámbar”
















Mis Utopías


El mundo integrado, el mundo de justos.
Los niños felices
Las calles sin pobres
La gente rica... de alma, de vida.
La naturaleza respetada por todos.
 Tus ojos alados mirandome sinceros.
De tu boca dulces palabras
De tu alma tus sentimientos
Poder amarte sin miedo.
 Mi realidad color de rosas
La vida colmada de buena suerte
Mi mundo interno como verde pradera
Mis dos mundos en completa armonía
Los recuerdos tristes por fin olvidados
Los fracasos sin rastro de dolor
Mis sueños realizados Mis Utopías .... Sin Serlo.

Marina P. Aguirre
















Una voz


Hasta ayer eras solo
una voz por teléfono, 
un amigo “sin rostro”
que su mano me dio.
Te imaginé mil veces
con mil caras distintas.
¿Tú acaso presentías
cómo podía ser yo?
Hoy ya te vi, tus ojos
son como los pensaba.
No entiendo, sin embargo
tu ayuda. Frente a mí,
que soy así, de pronto,
una desconocida,
y me brindas tu tiempo,
tu amistad, porque sí...

Isabel Corrao Santos
















Amistad


A mis amigos…, los de siempre…, 
y los de hoy…;
 a los que se han ido…, 
y a los que vendrán…;
 a los que nunca se fueron 
porque en mi alma vivirán…;
 a los de lejos… 
y a los de más acá…; 
y… a todos aquellos 
que me ofrecen el tesoro 
invaluable de su amistad

Amistad es dos caminando juntos…,
no es ir vos delante ni detrás yo,
es ir más bien ambos, hermanados,
en una misma dirección.

Amistad es una palabra de aliento,
y consuelo en el dolor,
es una mirada cómplice y sigilosa,
compañía afable en cada situación. 

Amistad es una simple sonrisa,
una mano tendida en la labor,
es un alma cercana en la angustia,
y puerto de anclaje a los secretos del corazón.

Amistad es estar yo a tu lado,
y saber que estás vos,
es acompañamiento en la tristeza,
y deleite en la canción.

Amistad es un oído silente y atento,
un consejo certero en la ocasión, 
es corrección oportuna y afectuosa,
y sincera comprensión.

Amistad es todo esto…,
es presencia y encuentro,
calma, paz y amor,
es fiesta y danza, 
fidelidad, entrega y don.

Amistad es dos caminando juntos, 
es mi alma y la tuya, 
unidas en eterno abrazo, 
y una misma dirección.

Beto Cardozo
08/07/12
















Distancia


Mi trémulo cuerpo, la mesa, la silla,
un turbio rincón del viejo café,
y sobre sus empañados vidrios, 
mi cerebro 
intenta trazar tu figura con mi fría mano.
Detrás de los mismos, 
el agreste invierno 
mofar pareciera de mis desventuras, 
traslúcida senda de oscura visión, 
observan mis enrojecidos ojos.
Distante te encuentras, otro paralelo,
observa tu cuerpo lejano de mí, 
y aquí, tembloroso percibo tu aroma,
sintiendo la fuerza que a mi fría mano
impulsa hacia el vidrio, tu imagen grabar.

Luis 528
















En las costas del Caribe


Capítulo II

Sam no podía contener su emoción. Era siempre el primer tripulante en despertar, poco antes del amanecer, para ver los primeros vestigios de luz en el horizonte, contemplaba el sol saliendo por el este, espectáculo indescriptible por medio de palabras, y pensaba: "¿Cómo será aquella nueva tierra? Será como los españoles cuentan, que hay vegetación y fauna extrañas pero hermosas?"
Después de soportar una fuertísima tormenta a mitad de camino, por fin, el 3 de julio avistaron la isla americana llamada La Española. Mientras John y otros hombres aguardaban el cargamento de metales que llegaría desde la misma Guadalajara,en tierra azteca, el hijo del capitán pidió permiso a su padre para explorar la isla, y éste selo concedió.
El joven de profundos ojos azules admiraba la inmensa riqueza natural de aquellos territorios,y a cada paso iba apuntando todo lo que veía en un diario de viaje de encuadernación antigua, que llevaba sus iniciales en la tapa. De pronto, oyó un gemido entre los árboles, cuyas ramas estaban tan entremezcladas que oscurecían el camino. Sin ningún temor. Sam se adentró en aquel sendero y, después de mucho andar encontró a una bellísima joven, de piel blanca, cabellos negros que le caían por debajo de la cintura y ojos marrones, ataviada con un vestido celeste, embarrado y roto. Tenía marcas en los brazos y en el rostro, como si hubiera sido golpeada, y lágrimas recorriendo sus mejillas. Se sentó junto a ella, al pie del frutal,y le preguntó que le sucedía. Ella contó su historia: -Mi nombre es Astrid y nací en Francia, aunque de familia española. Mi padre era un fiel súbdito del Rey, y éste lo envió aquí, junto a sus soldados, a organizar las tierras en período de poblamiento. Me trajo con él porque no quería dejarme sola, ya que, para ese momento, mi madre había fallecido y no tengo hermanos. El año pasado, cuando llegamos, no nos fue mal; pero una de las tribus antillanas se rebeló contra los conquistadores; en esa batalla mi padre fue muerto y yo tomada prisionera. Como me rehusé a ser una esposa, o mejor dicho, una esclava mas para el Gran Jefe, ordenaron mi sacrificio a los dioses paganos. La noche anterior al día previsto para mi ejecución, intenté escapar, y en esa corrida recibí los golpes que ves. Volví a ser encerrada, pero logré burlar a los guardias y huir. Llegué aquí, después de alejarme lo suficiente para que no pudieran hallarme fácilmente, y aquí me quedé desde entonces.”
Sam, impresionado por el relato, la llevó con él hasta la costa, y después de convencer a John, consiguió que abordara. Esa misma noche, el barco del capitán Clevell zarpó de vuelta a Inglaterra.

Continúa en la próxima edición

Vicky
(13 años)
















Emociones entrecruzadas


La tarde del 10 de septiembre del 2001, me sentía ansiosa y expectante porque, al día siguiente, iniciaba mi nuevo programa de radio.
Lamentaba muchísimo la culminación de la audición “Acariciando Recuerdos”, (por la pérdida del conductor y creador), en el cual tenía a mi cargo un bloque romántico.
Después de varios días de charlas telefónicas que mantuve con otro de los integrantes del equipo de la concluida transmisión anterior, nos sentíamos dos náufragos a la deriva y decidimos seguir en la radio con una alternativa distinta.
 A los dos nos resultaba difícil este emprendimiento.
La responsabilidad de desarrollar un espacio propio, ocasionaba mi estado de inquietud.
Esa misma tarde preparé mis poemas, la música y un puñado de sueños que me concedió la poesía.
El nombre elegido para el nuevo programa de radio fue “La Balsa”.
Todo tenía relación con un momento difícil. Necesitábamos salvar nuestros deseos y el título que elegimos fue como aferrarnos desesperadamente a un madero para flotar en medio del mar de la adversidad y llevar adelante lo que tanto nos apasionaba.
Esa noche, apenas pude cerrar los ojos. El insomnio se había apoderado de mí.
Aquella madrugada, esperando impaciente el amanecer, será inolvidable.
Me levanté con numerosos pensamientos y emociones entrecruzadas. Encendí la hornalla, coloqué la pava y preparé unos mates, ellos eran mis más silenciosos y comedidos escuchas.
Encendí la radio, desayuné y con pocas ganas me bañé para que la ducha me ayudara a despejarme. Pasaron unas horas, mientras realizaba mis tareas diarias, escuché buena música, noticias y comentarios de actualidad.
De pronto como un rayo partiendo el aire, estalló una información que me dejó perpleja.
¿Qué había pasado en New York?... un atentado terrorista había derrumbado las Torres Gemelas. No entendí bien lo que decían. Encendí el televisor. Las noticias llegaban a cada instante con más precisión.
El mundo entero estaba sumido en un cuadro alarmante que ya quedaba inscripto en la historia de la humanidad como un hecho imborrable.
¿Estados Unidos?, me preguntaba. No lo podía creer. Los periodistas, absortos, daban más y más información.
El atentado era espantoso ya que no sólo habían derrumbado las Torres Gemelas sino, también otros edificios de varios estados. Era imposible medir la dimensión de semejante catástrofe.
Estaba consternada. No cesaban los llamados entre amigos y parientes que comentaban los sucesos con sobrada conmoción y asombro. Los intocables dejaron de serlo. Lo más lamentable, fueron las pérdidas humanas irremplazables.
Después de reflexionar profundamente, decidimos iniciar la transmisión desde el  noveno piso de la emisora.
Teníamos tanto por comentar…no habíamos olvidado, tampoco que otro atentado terrorista promovió el golpe de estado que derrocó al presidente chileno Salvador Allende un 11 de Septiembre de 1973. En contraste a tanta insensatez, se festejaba, también, el Día del Maestro.
Pese a la tragedia y el estupor que envolvió al mundo en uno de los siniestros de mayor magnitud del siglo, terminamos realizando nuestro sueño.
Las palabras brotaron con desconcierto de nuestros labios, tratando de hacer pie ante la realidad y sosteniendo la poesía que logró cambiar un breve instante de esa dura jornada con nuestro pequeño manojo de esperanza.
Llevaremos en nuestras vivencias el comienzo del programa “ La Balsa ” mirando desde un amplio ventanal,  el cielo limpio colmado de estrellas.
 
Nilda Etel Deluca
















En el cielo hay...


Lluvia
de color
celeste
que cae
de las nubes.
De ella
los árboles
toman el agua. 
Llega cuando hay
muchas nubes.
Algunas son
de algodón,
de metal
y otras de cemento.

Sol Martina De María
(escrito a sus 4 años)
Edad actual 9 años

Revista Viajero N° 66 - Junio 2012

 

















Cómo dejar


Imposible dejar de mirarte.
Eres la exponente de lo perfecto.
Argumentos sobran para no dejar de mirarte,
refleja tu figura la armonía, 
y a tu andar acompasado, el deleite inmensurable.
Imposible ignorar, tu frondoso, negro y extenso cabello,
que trasluce y contrasta en tu blanca piel.
Es tu mirada limpia, radiante, y oscura como el tizón,
si sonríes no evito transformación.
Visualizar tus labios me deleita,
y al expresarse, cual lejos estén, anhelo llegar y
ostentoso, mostrarme oteando tu imagen, la cual
toma posesión de mis virtudes y defectos
ansiando pertrechar con caricias tu piel 
a pertenencia y en perpetuidad.

Luis 528















Fantasía


.. Si pensarte, diera lugar a una esperanza,
si imaginarte cerca ... fuera abrazarte
No saldría de mi mente para poder tenerte.
....En mi mundo fantástico,
son míos tus ojos, son míos tus labios....
Es mi sueño diamante ...
No tener que imaginarte.

Marina P. Aguirre
















Caminos


Desandar los caminos recorridos es imposible de lograr,
pero dejar lo triste recorrido
es muy posible lograr
con la paciencia
y la paz 
todo se puede alcanzar,
el amor y la esperanza
ya nunca se perderá
llevar como estandarte
el amor y la verdad
y todo será más fácil
para poder avanzar.
Desandar los caminos recorridos
nunca se podrá borrar.

Tita
















Manifiesto


¿Para qué buscar mi lecho en los deshechos del olvido,
si en algún fuerte destello pude brotar de color?
Ya no serán pupilas las ventanas ni la puerta ya mi dios.

¿Para qué intentar desafiar la desazón
si basta con levantar la mirada y ser?

Ser certeza andante de fulminante ardor, 
fuerza de siniestra ambivalencia.
Ser ojos que, bien ojos, se desmayen ante el sol.

Cada abrazo será promesa
de todo un cielo por llenar.
Cada palabra será ingenua
en su estrategia de enchastrar.

Bailaré aquella otra danza
para que de a tumbos de esperanza
se me tiña el corazón.
(juego bien simple, razones evidentes:
destruir el odio y el dolor)

Ya no ataré mis brazos con ausencias
y seré así un fuerte viento en lugar de suave brisa
Tomar nota: 
“No insinuar mas agónicas sonrisas
Ni esconder la roja efervescencia”

Seré sensato al gozar 
del agrio elixir de una lágrima.
Podré dejar reinar sus humos en mi pálida alegría
y dejar crujir mis labios bien suaves en su risa.

Quizás pierda mi tiempo,
o pierda el tiempo con eso del tiempo perdido…
remota y atemporal ilusión 
hija de los que escriben su destino.

Gody
















escribir un poema | un único poema
elemental y simple como una piedra

y después trepar las escaleras | salir al balcón
ser como ese pájaro que bebe la luna.


                                                            a jorge ricardo aulicino


Miguel Angel Morelli
















En las costas del Caribe


Capítulo I

Todo comenzó allá en el Puerto de Londres, un 22 de abril de 1635. Un barco de la Marina Británica zarpaba hacia América, dispuesto a acarrear una carga de metales preciosos. El capitán John Clevell era un viejo lobo de mar, que cumplía 40 años sirviendo a su patria y éste era su último viaje oficial. Llevaba consigo a su hijo Sam, aventurero como él, quien se iniciaba en las travesías marítimas pero que había aprendido mucho de escuchar sus relatos.
Los Clevell eran una familia de posición económica media, formada en valores morales y espirituales. El Rey Carlos I le tenía especial confianza para las misiones más específicas y delicadas como ésta que ahora se presentaba, aunque John estuviera en desacuerdo con más de una de sus actitudes.
Acompañaban a padre e hijo en este viaje: Edward Mist, a cargo de los aparejos, Simon Cromm, el timonel con más experiencia de toda la marina real, George Frapper, jefe de artillería, y varios marineros más. Juntos, emprendieron el camino, a las 9 de la mañana, hacia las tierras descubiertas por Cristóbal Colón dos siglos atrás.

Continúa en la próxima edición

Vicky
(13 años)


































Lágrimas internas


Ellas no quieren ser testigos
ni ahondar caminos en tu rostro.
La brisa engulle tu llanto
y hace temblar tu faringe hecha nudo.
Tus labios buscantes no se rinden
esperando saborear lágrimas transparentes
que desborden tu dolor interno.
Y en una noche sempiterna
de tus ojos cayó una gota fundida
despertando a una rosa roja
en tu seno perdida.

Elizabeth Francken
“Los años ámbar”
















Sombra


en busca de los nocheros
la calle solitaria, muda
camino entre sombras, caigo
aliento a  vino retengo.
Al acercarme a un umbral
me asusto de un pordiosero
debajo de sus harapos.
Pienso en el futuro y tiemblo
deshago el camino andado
alguien me sigue, lo presiento.
Si camino ella camina
si me paro no la veo,
recorro las pocas cuadras.
Al llegar cansada a casa
entra conmigo en silencio
me sigue paso tras paso.
Llego a la cama cansada
ella me cubre muy suave
acariciando los sueños

Beatriz Guano de Scalisi

Revista Viajero Nro. 65 - Mayo de 2012



Besos con olor a recuerdo


Hoy comprendí que pensar en un destino implica pensar a futuro, y pensar a futuro inevitablemente trae aparejado la nostalgia de mirar el pasado, aquello que se fue y no volverá.

La vida es tan simple que no logramos comprenderla, en nuestro racionalista intento de sensato entendimiento tal vez... y entre tantas cosas que extrañamos como la niñez, el amor materno, los juegos de la infancia, el regresar de la escuela y percibir el olor a hogar convertido en torta recién horneada... existe algo que pasa desapercibido y con lo cual convivimos a diario muchos de nosotros.

Me refiero al beso de la mujer amada, y no a cualquiera, sino nada más y nada menos que al primero... al primero de la mujer amada. Aquél sabor se fue y no volverá, existirán, tal vez, muchísimos otros nuevos y con nuevos sabores y emociones, pero ya ninguno será igual. Ninguno traerá el contenido dramático de aquel primer acercamiento; el hombre que está aguardando su momento de actuar, vive una situación que rara vez se da en la vida. Pelea entre el impulso temeroso y la tímida quietud, esperando no solo tomar ánimo sino el momento adecuado para ser bien recibido por su bella princesa, llevando a uno hasta temblar de nervios. Ese instante de arrojo hacia el rabioso gozo de la conquista o el infinito abismo del rechazo es único e inigualable...
Para aquellos que, como en mi caso, la doncella aceptó y diariamente comparte nuestros días, aquel beso quedó como un recuerdo, una sensación única que no volverá.
Pero debemos saber que está en nuestras manos tener la audacia y la inteligencia de vencer la barrera de lo cotidiano en busca de nuevas sensaciones que revivan cada beso cómplice de amor. Es por ello que mejor, me dejo de hablar y me voy en busca de lo que me toca, no sin antes aconsejar que aquellos que pueden hagan lo mismo.



Emanuel Gonzalo Cañoto
08/05/2012









Recursos


Amar a otra mujer es imposible,
no tengo más recursos que ofrecer,
ocupas todo espacio en mis días,
usurpas mis caricias e ilusiones,
declinas mi libertad, transformándola
en servil de tus propuestas,
no llego a mirar más miradas que las tuyas,
ni escucho más susurros que tu voz.
De otras manos el roce no deseo,
ni mis brazos otros cobijar.
Diviso tu ausencia, cual lejana te halles,
y en mí, tu aroma tiene posesión.
Mi existencia muestro,
sublime es mi deseo a tu lado,
nada es sin tí;
todo contigo.

Luis 528







Cuando digo...


Cuando digo cielo...
digo tus ojos,
cuando digo ternura...
digo tu voz,
cuando digo suavidad...
digo tus caricias,
cuando digo compañía...
digo tu presencia ,
Cuando digo amistad...
digo tus palabras,
Cuando digo pasión ...
digo tus besos,
cuando digo calor...
digo tu cuerpo,
y cuando digo Amor...
digo cuanto TE QUIERO!!!!

Marina P. Aguirre
anira90@hotmail.com









Quizás


Quizás hoy la vida no te sonría
quizás todo te sale mal
pero no importa
inténtalo
de nuevo
vuelve a empezar
da gracias a Dios
cada mañana
por la vida
que te da
sonríe con la
esperanza plena
de que
al fin tu llegarás.

Tita









La Ciudad


La ciudad despierta
cansada y herida,
las casas sombrías
no aparece el sol.
Las ventanas ciegas
los árboles mudos,
pájaros huyendo
sintiendo el dolor.
Las calles se agitan
silbando tu nombre
y en la fuente antigua
se ahoga una flor.
La plaza cobija
recuerdos dormidos
caricias y besos,
promesas de amor.
Y yo, sombra errante,
cargando mi pena
siempre pienso en vos.
Volveré mañana,
buscaré tu imagen
y tal vez la encuentre
en cualquier balcón.

Beatriz Guano de Scalisi









Deambulándo


Paso las noches sin dormir
buscando explicaciones
deambulo entre las sombras y vuelvo al papel
una y otra vez
un refugio
una salida
una palabra que me dé una razón para seguir mi camino.

¿Por qué es tan difícil soltarte?
Cada minuto que te retengo
es un minuto más que estás conmigo.

Y en el silencio de la noche Alguien me llama.
¿Escuchas?
Todos duermen.
Sólo algunos grillos quedaron
y nubladas están las luces amarillentas del patio.
Sólo un lento pulular de insectos y ruidos extraños.
Hojas... Viento... Murmullos...
Adentro todos duermen.
Afuera contemplo las estrellas
contando cuántas de ellas serán mías
cuando también decida dormir.

Elizabeth Francken
“Los años ámbar”
















entreabre la ventana y aunque aspira el aire frío
piensa en el mar | en aquel contraluz amarillo
/que consumía la tarde


y piensa, además, un horizonte de gaviotas |
las alas a favor del viento | el regreso que preanuncia el ocaso


después ya no piensa | después la noche es vértigo
luz que trepa del balcón a la ventana.

Miguel Angel Morelli









Más allá del mar


Lirios blanquísimos
forman un sendero
que hace un tiempo recorrí;
abren el paso a una tierra
a la que ahora volví.
Este bellísimo lugar
está más allá del mar.
A esa hermosa tierra
van los libres, los sinceros,
los dignos, los honrados,
y los que escriben rimas en sus cuadernos.

Termina mi recorrido
por las aguas de cristal
que rodean nuestro país.
Por eso te vengo a dejar
un mensaje que te dediqué
para que veas que no te abandoné.

A ese bellísimo lugar ahora debo llegar,
alguien que me ama me espera más allá del mar.

Mi Rosa de Castilla, debo dejarte aquí.
Adonde yo voy no puedes venir.
Pero te prometo que volveré por ti;
algún día mi barco divisarás;                       
desde lejos yo te haré una señal
y tus pies las aguas besarán.
Juntos hemos de navegar
más allá del mar.

Lo siento, no tengo mas tiempo;
te debo dejar para llegar
a esa tierra celeste, eterna, sin par,
que, como dije antes, está
más allá del mar.

Vicky
(13 años)











Es importante saber…
Muchas de las cosas que desechamos como basura en realidad no lo son. Algunas de ellas pueden servirnos para otros usos distintos de su función original; otras son materias primas para producir nuevos productos. Te proponemos separar los distintos tipos de residuos en diferentes contenedores antes de arrojarlos a la basura y poner a prueba tu imaginación buscando nuevas alternativas  para objetos que ya fueron utilizados. Pequeñas acciones como estas producen grandes beneficios para el ambiente y la comunidad, ya que nos permiten ahorrar energía, reducir la contaminación, preservar los recursos naturales y disminuir la cantidad de residuos que ingresan a los complejos ambientales.

Ya sea en los hogares, las escuelas, la oficina, los comercios, y aún en las plazas, parques o simplemente caminando por la calle, generamos residuos de diverso tipo. A continuación te presentamos una clasificación de los mismos para que puedas reconocerlos y poner manos a la obra...             











Soy Poeta


Tengo de loco, anárquico 
irreverente, y de artista con 
sentido el movimiento. De 
pájaros, mariposas y abejas el 
vuelo de mi mano.
De cantor y payador el alma.
De libertad la senda que me guía, 
de demencia la palabra. 
Si lo quieren tengo el corazón 
lleno de brisas y una flor en cada 
esquina, un argumento soñador, 
un amor que se fue y otro que 
vino. 
Tengo la esperanza en mis 
pupilas, la amistad, la paz y la 
justicia por emblema. Con todo 
eso salgo navegante por el 
mundo soy poeta.


©Elisabet Cincotta









Simplemente “ma”


La mujer de quien yo hablo
no necesita perfumes importados
ni cremas caras, 
no tiene que ser sensual, ni tener miradas cautivantes
no tiene que ser novia; y mucho menos amante.

Solo con un plato sabroso y una camisa planchada alcanza
para arrancar un inmenso suspiro; diciendo: ¡ah! ahí estás.
La mujer de quien yo hablo me cobija por las noches,
le cuento mis penas y ella nunca su dolor, 
siempre la veo alegre y con pleno candor.

Sabe que la Amo, nunca me lo pregunta.
Pero sabe que la Amo, sabe comprender, 
proteger, perdonar y una paño caliente en el pecho
cuando me siento mal.

La mujer de quien yo hablo no necesita
perfumes importados ni cremas caras,
con solo una caricia en mi cara al pasar
o con corregir el cuello de mi campera
me hace derretir de Amor.

La mujer de quien yo hablo es mi “madre”
no hace falta más explicación.

Héctor Carpio