¿Qué es el tiempo para el amor?
Se aclaran las noches y duermen mis miedos
te voy conteniendo como un tesoro entre mis
dedos
se encienden miradas que queman al viento
y los suspiros corren lentamente detrás de un
mañana cada día mas despierto
Te tocan mis labios sin sentir más que tu alma
se derriten mis ternuras mas fuertes ante tu
voz
Te siento tan mío, sin tener mas razones que
tus manos en mi mejilla
te llevo tan escondido en mi pies como va mi
alma en tu sonrisa.
Me maravillo del amor, inexplicablemente dador
de felicidad…
de su camino sinuoso que solo los valientes
pueden caminar
Todo parece iluminado cuando pienso en tu
humilde manera de amar
comprendo las noches de soledad y las heridas
que ardían
como si todo fuese sabiduría de un mensaje que
Dios escribe en mi andar.
La divinidad que me instruye y me acompaña me
ha permitido a tu lado
y me ha proporcionado la extraordinaria tarea
de hacerte feliz sin tramarlo
no tengo estrategias mi dulce cielo, solo te
ofrezco vida y corazón
solo doy gracias sin cansancio por conocer
cara a cara al amor.
Que bello rostro tiene! no tiene explicación..
son mil gaviotas volando en un cielo
anaranjado de pasión
multitudes de luceros iluminando los labios
brillantes de dulzura
es sueño… es verdad… es paz… es alegría… es
aprender a dar
¿El tiempo?¿que es el tiempo mas que un simple
factor?
si los latidos marcan los días, las carcajadas
las horas y al final…
solo son agujas de nuestro reloj tus dedos,
cuando pasean en mi nariz
y el deseo de un eterno día a día, que viene
suave desde cielo,
se nos da para cuidar, respetar y fructificar
hoy en nuestras almas
mañana en nuevas vidas creadas, y siempre en
el tiempo eterno.
Liliana Araya
El invitado
La noche era fría y
tenebrosa, perfecta para la ocasión. Los invitados comenzarían a llegar
pronto.
La sala se hallaba
arreglada para la gran fiesta. Pequeños fantasmas de papel y típicas
calabacitas colgaban de las lámparas, se repartían por todas las paredes de la
casa y flotaban en las manijas de las puertas y ventanas.
Todo indicaba que la
reunión sería perfecta. La anfitriona había planificado hasta el más mínimo
detalle; nunca nada se escapaba de sus pensamientos ni de su dominio. Ahora,
esperaba ansiosa el sonido que le indicaría la llegada de los invitados y sobre
todo, de aquel tan especial.
Habían transcurrido
meses desde la última vez que se habían visto y ya no podía esperar más tiempo.
Necesitaba sentirlo cerca nuevamente, palparlo, asegurarse de que no era un
espejismo ni otro de sus sueños. Sí, allí estaba ella, planificando, con su
mente dándole vueltas al asunto. Siempre sería igual. Estaba repensando otra
vez lo que ya había pensado en anteriores ocasiones, no quería que las cosas
salieran mal y por ello, intentaba prevenir cualquier posible error, cualquier
paso en falso que pudiera dar. Tenía calculado hasta lo que él diría y lo que
ella misma le respondería.
¡Pero qué furia sentía
cuando las cosas salían al revés! Él nunca respondía lo que ella planeaba yeso
le causaba demasiada ira. A él también le irritaba su manía de pensar y pensar,
de ordenar todo, de no dejar nada para el destino, de querer tener el control
del universo, era imposible y ella lo sabía ¿Por qué, entonces, no dejaba los
sucesos al azar? Ninguno de los dos lo tenía claro.
La hora pasaba y nadie
llegaba ¿Cómo vendrían vestidos? ¿De qué se disfrazarían? ¿Qué se pondría su
amado? Esperaba que el atuendo de su pareja concordara con el suyo, al menos
que tuviera alguna relación puesto que ella ya se había encargado de avisarle
cuál sería su disfraz y de proponerle uno acorde. ¡Ojalá él se hubiera vestido
de pirata accediendo a lo solicitado!
El tiempo continuó su
paso, arrastrando consigo a la noche. Los invitados ya estaban disfrutando de
la maravillosa fiesta. Comían, bebían, bailaban, reían. Todos, menos la
anfitriona. Los había citado a las once porque sabía que vendrían a las doce,
pero él no estaba. Su amado no había llegado todavía y ya eran las tres de la
mañana.
Subió a su habitación
sumamente enfadada y se recostó en la cama. La perfecta velada había sido
arruinada, una vez más, por él. "¡Maldita costumbre suya!", pensó. Se
quedó dormida.
De pronto, un sonido
conocido la despertó. El enmascarado subía la escalera. Sus pasos retumbaban en
la noche: toc, toc, toe, toco La puerta de la habitación se abrió y la ilusión
y el entusiasmo invadieron su alma. Al instante sintió un dolor intenso en su
pecho. Algo punzante le lastimaba el corazón. Antes de cerrar sus ojos, alcanzó
a ver al enmascarado cerrando nuevamente la puerta y lo reconoció... sabía que
llegaría tarde y también sabía que se pondría otro disfraz.
Natalia Soledad Rotelo
Hacia el olvido
Locas jadean proyecciones
en mi mente fantasma supremo
Querer agarrarlo
todo
Querer
decirlo
todo
Pecesitos resbaladizos eluden mi red
II
Y sin más
Los años y los siglos
se suceden como estaciones,
sigilosos, arcanos.
Cubriendo de polvo oscuro
existencias calientes, de sangre que corrió
y quizás estalló, quizás ardió y fosforeció ...
para llegar a ser
Sólo una piedra más
en el pozo impostergable.
Sebastián Humberto
La Sigla
Se siente un ruido, se ve la
luz, y cada día hay en el colegio un pato menos embalsamado.
Saben
que está allí, saben que las persigue, saben que las vigila, saben...
Desde
que la vieron, se les hizo y se les grabó una imagen no muy confiable; pero
sabían que algo quería, y comenzaron a tomar nota, sobre cosas raras y
espantosas que les surgía, solo a ellas. Comenzaron una investigación que les
llevó a develar:
LA SIGLA, una sigla que conocían solo ellas y ella; sospechaban de aulas y salones,
y las fotos comenzaron a traumarlas. Pero siempre es mejor comenzar por el
principio.
Así
fue como ocurrió: un día de estudio, un día como todos, se convirtió en el día
en que se develaría el secreto del colegio. El miedo y misterio las empezó a
rodear desde que escucharon, solo ellas, el ruido. Un ruido en la capilla del
colegio, eran voces, que les decía: "hoy es el día, llega el día, llega,
llega... " pero de pronto acabó y no se oyó nada más.
Luego
otro día, se vio la luz, radiante, sobresaliente, blanca, brillante, pero...
rara, sí muy rara, y fue otro nuevo dato para estas jóvenes.
Pero
para completar la sigla, falta un último dato: los patos, los patos que ya descansaban
hace tiempo en la repisa del gimnasio, embalsamados; pero tan reales como esa
niña de aquel salón, de aquel día, inolvidable.
La
sigla se formó a partir de las iniciales de estos acontecimientos, Ruidos, Luz,
y Patos, y fue R.L.P.
Luego,
disfrutando del tiempo libre de clase, los recreos, encontraron un machete, en
un papel desteñido, pisoteado; en el lado trasero de esta hoja, se encontraba
escrita la misteriosa sigla. Les llamó la atención que alguien más esté
involucrado en esto, y para poder avanzar con la investigación, buscaron una
palabra de algún objeto o cosa, que contenga estas tres letras.
Ese
mismo día, en la clase de gimnasia, aprovecharon para observar todo minuciosamente.
De repente, dirigen la mirada a la pileta y descubren que aquel viejo trampolín,
donde en una infancia más lejana, disfrutaban los veranos sin miedos ni misterios,
éste, contenía las tres letras, ese viejo pedazo de madera, las señalaba, para
adelante, fijo, como una flecha, hacia una pared del colegio, que se conectaba
directamente con ese salón, en el que la vieron; pero lo más importante es que
tenía un par de ventanas, de las cuales una de ellas estaba abierta, y desde
allí, desde esa mínima ventana, se vio otro dato, una mano de adulto, tirando
libremente plumas, plumas de patos, y así mientras estas caían sobre el agua de
la pileta, las alumnas se acercaban de a poco a la verdad de este colegio.
Las
alumnas participaban en actividades extra del colegio, un día en la clase de
teatro, mientras ensayaban una obra infantil, se oyeron tres golpes en la
puerta, al abrir no había nadie, o por lo menos eso creyeron. Se repitieron
varias veces más, luego una niña más chiquita interrumpió la clase para ir al
baño, y volvió llorando de espanto, lo único que pudo contar fue que le
golpearon la puerta, y sintió voces, un dato que no podía escapar.
Otro
día, llegó el dato de la sombra, del hombre. En el recreo de la clase de coro,
las pequeñas adolescentes, se pusieron a jugar, un juego de siempre, de todos,
la escondida. Mientras una de ellas se escondía en el segundo piso del colegio,
las demás veían que cerca de ella había un hombre, posado, apoyado sobre el
balcón, mirando hacia el horizonte, sin cara ni forma, solo una sombra, una
silueta, de un hombre. Los gritos de las demás acabaron con el juego, y
volviendo a clase, vieron esta misma figura, detrás de la puerta de un aula, la
sombra, y lo demás era luz, una luz anaranjada, brillando solo sobre las
pupilas de estas alumnas que ya no aguantaban más de espanto, y rápido
volvieron a clase.
Luego la niña, o sea lo que sea, pero era algo o alguien, que las
miraba fijo, como aquella sombra, pero esta era blanca, transparente, casi se
podría decir que era un ángel, pero tampoco, porque también era transparente al
mismo tiempo, y lo que impactó, fue lo que tenía en sus manos, lo que devela
gran parte del secreto; tenía una cámara de video, y miraba fijo a las alumnas,
pero sin querer mirarlas, así que la segunda vez que la vieron, miró al costado
derecho, y no volvió a voltear la cabeza.
Les
llamó la atención que no era normal, carecía de buen estado, y se notaba un
poco desnutrida y pálida, era algo que no se había visto ni imaginado, ninguna
de ellas.
Un
día, la señora que limpia el colegio, que ya lleva varios años allí y lo conoce
muy bien, les contó, que hace más o menos 100 años, funcionada en un saloncito
del colegio una librería, y en el salón de al lado un kiosquito, en él ahora
hay un televisor y una video, ambos objetos apoyados sobre una mesita, vieja,
rara, si rara como todo lo que veían. La señora no sabía para que era ese salón
con aquellos objetos, porque nunca nadie entraba allí, solo la pequeña ventana
enrejada dejaba ver esto; y en ese momento recordando todas las pistas de una
vez, se les apareció un flash, y luego otro, y otro. Ya les había parecido ver
estos flash, y nunca lo anotaron, pero
esta vez fue distinto, fueron como terremotos en sus mentes que duraron apenas
un instante, reflejados en una luz blanca, como la de aquel día, en que
descubrieron la segunda pista, en ese momento develaron casi todo el secreto
"la niña todos los días de clases, las filmaba y les sacaba fotos, luego
veía todo esto en el televisor de aquel saloncito, e intentaba decirles cada
día su mensaje, ella lo enviaba por las pistas y los
flash de todos los días", pero que quería decir, eso se supo más tarde, un
día de lluvia intensa.
Ese
día indescriptible, el día que sufrieron realmente de miedo, pero que supieron
que hacían el bien por alguien, al escuchar la verdad. Luego de tantos días de
misterio y sospechas, la niña decidió decir el secreto, frente a ellas,
lentamente, comenzó a contar lo que le pasaba, y que era lo que había
necesitado. Dijo: "un día de lluvia como este, mi padre inauguró la
escuela, y con ella, la pileta de verano. Yo estaba feliz, así que decidí
llevar a todos mis patitos a la pileta conmigo y disfrutar, pero la lluvia
comenzó a tomar fuerza, yo no le di importancia, pero ahora se que si, que lo
tendría que haber hecho; porque fue impresionante y horrible ver como ese
apagón de LUZ brillante se acercaba a mí, y sentía un RUIDO, acompañado
de las voces de Dios que me decían; "hoy es el día, llega el día, llega,
llega ... " y ver volando las plumas de los PATOS por toda
la pileta, desesperados, mientras mi papá me veía por aquella ventanita, y yo
veía la sombra de Dios, sin cara ni forma, solo una figura, una silueta de un
hombre.
Mientras me elevaba supe que este colegio
tenía una maldición, y pude decir mis últimas palabras, me fui con una
condición, que fue: "cuando se cumplan 100 años de mi desaparición hacia
los cielos, quiero que alguien más sepa mi historia, el destino conducirá a
las personas que tengan que saberlo (esas personas son ustedes), y dejaré como
primer pista lo que vi al morirme, la LUZ del rayo, sentí el RUIDO acompañado
de las voces de Dios, y vi las plumas de mis PATOS, en ese momento comenzó a
existir LA SIGLA.
Luciana Ourracariet
Quiero
Quiero volar hasta bajo tierra; y ascender a
las estrellas;
para así, juntos, por siempre soñar arco iris.
Quiero decirte que te amo, sin preguntas, sin
excusas.
Solo te amo porque las mariposas vuelan
alegres;
te amo porque fluyen las aguas, porque vuela
el viento;
porque nadan los peces y ríen las flores.
Quiero llenarme de tu alma y llenarte de la
mía;
desplomarme en tus labios y tus oídos;
abrazarme a tu espalda y arrancarte mil
caricias.
Quiero que mi amor te mueva y te haga soñar;
que sea tu amor un mar donde anclar
primaveras,
donde floten tus tristezas y fantasías.
Quiero que me quieras sin permiso y sin razón.
Mi todo es tuyo y mis ilusiones también,
sin miedos, sin nada más que amor.
Sin miedos, sin nada más que amor,
te quiero porque te quiero.
Jonatan
Tu regalo
Cómo
podré olvidarte
si
me diste todo al encontrarte,
si
descubrí esos regalos empaquetados
que
estaban sin dueño hasta que llegaste.
Cómo
podré olvidarte.
Colocaste
la primera mirada hacia el mar,
un
caballo de Troya contra la amargura,
el
olor a primavera de los niños
y
un barco a punto de encallar.
Derramaste
la sinceridad del hombre cuando nace,
la
tinta indeleble de buenos momentos,
el
color rojizo de mejillas sonrientes
y
un par de algas que se hamacan sin parar.
Abriste
la llave de gas de esta habitación,
el
altillo de algunos sentimientos,
los
regalos que se compra uno mismo
y
la canilla que desbordó este río.
Cómo
podré olvidarte
si
me abriste para darte.
Los
envoltorios se encuentran rotos
y
mis regalos ya son tuyos.
Cómo
querer olvidarte.
Ariel
Gattelli
Inspirado
en Cecilia Calzada
Hechizo
Cuando no sabemos que decir,
porque la inmensidad del mundo nos aplasta.
Cuando no sabemos que oler,
pues la variedades de fragancias tienen un
solo nombre.
Cuando no sabemos que tocar,
ya que todo lo tangible se resume a tu rostro.
Cuando sucede esto que es como dos planetas
unidos,
entonces te miro, solo te miro.
Cuando te miro las tormentas pasan;
y abundas los botes rescatando corazones.
Cuando te miro sos lo único que miro;
y miro porque no tengo ojos.
Cuando te miro una rosa se desarma de envidia,
porque no sabemos que decir pero los ojos sí.
Tan valiente es jugar por mañana,
que hasta el pasado sufre desconcierto.
Tan suave la mañana que soñamos,
que hasta las nubes cantan admiración.
Cuando mi castillo se levanta:
estas vos y te miro.
Danilo
No te veo
No te veo,
apenas tu sombra quebrándose
en la esquina de la habitación.
Me encantaba
ver cómo tus labios tocaban
el borde de la taza.
Tu alegría era un hechizo.
Me permitías reflejarme
en tu frente.
Me encantaba verte pasar
desprevenida
como si un animal.
Y cuando soplabas las burbujas.
Y cuando te quedabas dormida con la boca abierta
y yo trataba de mirar por ella
para saber qué estabas soñando.
Ni bien te despertabas
ponías la equis en el calendario
que yo no lograba despejar
hasta que no empezara un nuevo día.
Eran tus cabellos que de tan largos
barrían del suelo los ojos de mariposa.
Eras más bella cuando te equivocabas
porque te equivocabas también de rostro.
Eras cuando cosechabas el enigma azul.
Y cuando te emborrachabas
y terminabas tomando del pico
y en mis brazos.
Y cuando te maquillabas
y yo te decía que no te hacía falta
y que me hacías falta.
Y cuando cantabas
y las ventanas se abrían solas
para que se quejaran luego los vecinos.
Me fascinaba que me amenazaras.
con volverte invisible.
Ahora no te veo,
apenas tu sombra quebrándose
en la esquina de la habitación.
Gastón
Mediados del 2004