Revista Viajero N° 48 - Septiembre 2010



Grotescamente inteligentes


qué se hicieron
aquellas sonrisas de sabio
...que habitaron mi pasado?
cómo es que llegaron estas otras
falsas carcajadas
de chistes contados para ellos mismos?
a qué hora me empecé a perseguir
con esto de superficies y profundidades?
cuándo se hará manifiesto el temblor
anunciado por las olas?

Imanuela Jirón
Chile
http://imanuelajiron.artelista.com












¿Te llega mi chamuyo lírico? 

(A Virginia Luque. guitarrista española) 

la acentuación no tradicional muestra como deben pronunciarse las palabras con una mejor sonoridad) 

No te quieró lagrimear, mas quiero que puedas manyar, lo que significa en mi andar, 
el que aprecies a mi expresar: yo soy un pobré batemusa, que bandeó de versos a 
muchas minusas, y lejos de ser apreciado, he sido por ellás despreciado. 

hay muchas musas boludas, y no creí que hubiera ninguna, que así no lo fuera, ninguna 
que me desmintiera. mas me he equivocado, ¡qué bueno que me hayas probado! 
que hay algó de sensible, en una nami de facha querible. 

me cubré la amargura, mas la convierto en dulzura, la convierto en palabras, que se me 
escapan del alma. palabras dé esperanza, nacidas de mi désesperanza, que escribó y 
te dirijo, y te pregunto, Virginia, ¿te alcanzan? 

glosario: chamuyo: habla, palabras. lagrimear: llorar. manyar: entender. batemusa: poeta. minusa: mina. musa boluda: mujer que no aprecia a la poética que inspira. nami: vesre de mina

Martín X
martinrabezzana@yahoo.com.ar
(la “canción para Virginia Luque” 
está disponible en you tube)














¡Se busca una musa!


Mi nombre es Andrés, caminaba descalzo por la playa, y en mi mano izquierda llevaba mis sandalias. A lo lejos divisé a un hombre sentado en la arena y sus pies descalzos eran cubiertos por el agua, al estar cerca de aquel hombre, me senté a su lado y le dije: el atardecer es hermoso, tan bello, mira como surca el cielo.
Aquel tipo sin mencionar ni una sola palabra, miraba hacia el mar, su vista parecía perderse en la nostalgia, sus ojos reflejaban una profunda tristeza. A su lado tenía una libreta y un lápiz.
 
Mi nombre es Andrés, cuál es el tuyo? el mío me dijo- mi nombre es Escritor.
- Es un placer escritor, que haces aquí en la playa solo?, que haces tu a estas horas en la playa? yo, le contesté, bueno ando de vacaciones y decidí caminar por la playa.

Porqué estás triste escritor? quiero escribir poesía y no tengo! una musa! y para qué querés una musa? le pregunté extrañado. Cómo que para qué la quiero? con una musa mi querido amigo, podré escribir los versos mas hermosos que jamás se han escrito.
Y porqué no la buscas? claro que la estoy buscando, he puesto un rótulo en diferentes lugares.
Un anuncio? y qué dice el anuncio?
Me mostró, el cual aparecía en un diario de aquella ciudad, también fue colocado en puntos estratégicos de la ciudad.
El anuncio decía lo siguiente:
 
¡Se busca una musa!
Edad, no importa
Estado civil, soltera o separada
Físico: no importa
Que su belleza interior sea grande.
Solo interesadas, por favor escribir a la dirección de correo electrónico
Josefranciscoramirez1978@hotmail.com

Oye escritor, pero me parece que no es mucho lo que pides, y siendo tu un escritor me imagino hay varias en la lista queriendo ser tu musa.
Mi querido Andrés, el asunto es que muchas o varias hay, sin embargo creen que la belleza física es lo mas importante, no han entendido que la musa que yo busco, tiene que ser bella interiormente, solo así esa hermosa dama, podrá inspirarme a escribir y a emborronar las cuartillas mas esplendidas, que podrán unir a muchas parejas en los brazos del amor.


Seguiré esperando se que vendrá y la amaré con todo mi corazón, será mi reina, y la plasmaré en novelas, en fin mi amigo será la que me impulse a ser un buen novelista.

Me puse de pie, me despedí del escritor, cuando llegué a mi hotel me di cuenta de que era un gran escritor, aquel hombre escribía para diferentes diarios, en varios países, me dije, este hombre con una musa sería un genial y brillante escritor, ojalá la encuentre.

José Francisco Mejía Ramírez
Miembro de la Sociedad Literaria de Honduras.













Mujer


Mujer del viento
anídate en su corazón de arcilla
pinta minotauros de luna
limpia tu lastima y misterio
sobre su astringente bravura

Mujer con cabellos del tiempo
haz que borre la nimiedad de sus jornales
aliena su indigencia al olvido
calla con racimos de alegría, su penuria

Deja que delinee tus días
mujer ojos felinos
que coseche lo que ha sembrado
para que sepa cuánto han perdido

Mujer, voz de jilguero
eleva su existencia hasta la cima de sus sueños
aléjalo de su permanente letargo
endulza sus oídos de fuego 

Emilia Vega Hünicken













Ave Fénix


Desde el más profundo de los letargos, de los silencios, y de la muerte, 
entre tus propias cenizas vuelves a surgir  
y entonces con más vigor que antes te incorporas, te abrazas con tus alas a la vida 
y emprendes un vuelo triunfal, tan brillante, tan ligero, que al mirarte 
pareciera que la imagen de tu bello viaje fuese eterno.
Y al verte me pregunto cuánto durará esta sensación tan extraordinaria, 
cuánto tiempo tu fuerza podrá seguir, sin que nada con lo que roces en tu vuelo 
te vulnere y te dañe nuevamente. 
Soportará tu corazón nuevos dolores y seguirás viaje con coraje 
o podrá herirte fácilmente y logrará que caigas hasta el fondo 
y transformes tu vida en cenizas otra vez y así por siempre.

Luisa Lando













Se escuchan risas


Se escuchan risas 
no sé si son las tuyas o las de la gente 
que le causa gracia que te vea 
en forma de tortuga, de sueño
o de panfleto entregado en la calle
con la inscripción “Rey de los Reyes”
una tarde en la que necesitaba tu contención.
Se escuchan risas y estoy convencida que es la tuya.
Tu alegría de saber que pasaron diez años 
y todavía te recordamos todos los días.
Se escuchan risas y tal vez sean las mías
por sentirte acá conmigo;
Tan pero tan instaurado en mi corazón 
que ni los años
ni la aparente ausencia
ni los ojos necios de la gente que no te ve
ni los corazones fríos que no te sienten
hacen que te desvanezcas.
Se escuchan risas y son las nuestras
las de siempre, las de cómplices que sabemos ser
las de hermanos que siempre quisimos ser.
Se escuchan risas, nuestras risas
porque sabemos que al final no hubo final
que supimos desafiar al tiempo y al espacio.
Se escuchan risas, nuestras risas
porque después de diez años seguimos en contacto
a nuestra manera.
¿Entonces qué es lo que ha cambiado?
siempre tuvimos nuestra manera de relacionarnos,
una manera que, aún hoy, nadie entiende
nada ha cambiado.
Y por eso nos reímos.
Se escuchan risas y son las de tu sonrisa que ilumina,
las de mi corazón que te siente,
las de mis ojos que te ven,
las de mi alma que se abraza con la tuya.
Se escuchan risas y definitivamente son las mías
porque tengo el privilegio de tenerte conmigo
cuando nadie te ve.

María Eugenia Nebbia  













Ilusión


La tarde nublándose está,
mi cansancio acompaña,
la tristeza de este día.
No llego a distinguir lo mucho
que tu deambulas en mi cabeza, 
tu imagen aparece fugazmente.
Deseo mirar tus ojos,
ansío besar tu boca, 
pero ocultas tu mirada 
y un velo cubre tus labios. 
Y se enturbia todo y no logro 
concretar nada. 
Absolutamente desguarnecido quedo 
y a merced de convertir mis sentimientos 
en esclavos 
de un recuerdo que ha marchado 
en la distancia. 
Tanto espacio que es imposible 
poder regresarlo.

Luis 528













si en este instante | si en este abismo de luz
el tiempo se detuviese ante tus ojos
podrías ver la flecha todavía en el aire
y al pájaro ensangrentado cayendo desde el cielo

la herida amor es siempre una parte de abismo |
la flecha una excusa de la muerte

Miguel Angel Morelli














El árbol (microrelato)


Las frenéticas hojas del denso follaje corroboraban todas mis sospechas, “eso” aún estaba ahí. El último jardinero contratado para podar el vetusto árbol había dejado sus herramientas al pié del gran tronco para desaparecer una tarde de abril; nunca hubo noticia alguna de aquel pobre hombre. Yo tenía mis propias teorías al respecto, pero siempre eran tomadas a la ligera.
Por las noches las afiladas ramas llegaban hasta mi ventana rasgueando el cristal, he intentado en vano alumbrar la copa del árbol sin éxito alguno. No es fácil conciliar el sueño cuando sientes que te observan desde lo alto. 














Roja Marchita


Y le di una rosa roja marchita
porque mi corazón es rojo como la rosa
y mi corazón rojo y marchito
quedó por su desprecio

Pepe Cabrera Martinez
Guadalajara Jalisco, Mexico