Revista Viajero N° 87 - Septiembre 2014

 

Colores cubriendo la totalidad de la superficie,
al escuchar a una flor con pétalos de pluma 
voy a buscar, elegir los colores
como ofrenda que traemos
entrelazada de flores.
Se inspiró en el cielo
 me dijo anoche
-despierta mi bien, despierta
yo amo este lugar
entra por los oídos
los árboles que va a escuchar.
Domingo de madrugada 
se reunieron,
el viento parte solo para que pase
casi como un cuento.

Lucia Tyburczy
















Atilio


Era un hombre adulto, que trabajaba en una línea de colectivo, como conductor. Tenía cabellos blancos como la nieve y unos luceros celestes increíbles.
A veces, viajaba seguido con él en mis años pos adolescentes, y me decía que tenía que ser socia vitalicia de la empresa y que no me tenían que cobrar el boleto, porque viajaba siempre desde niña. Me hacía reír con sus ocurrencias.
Él era muy amable, alegre y respetuoso para con todos.
Un día jugaba Q.A.C. y en la estación de Quilmes estaban los hinchas del club. En aquél tiempo no había peligro y el les dijo, "vamos, suban todos que los llevo". Cantaron y se comportaron correctamente.
Atilio nos dejó, pero queda el recuerdo de ese hombre tan alegre y bueno en el corazón de aquellos que lo conocimos.

Ivon


Ayer sin darme cuenta, con una amiga te recordamos. Creo que jamás va existir una perfumería tan completa y con tantos accesorios: espejos, cepillos para el cabello en cajitas muy bonitas. Algunos decían que eran productos extranjeros, porque no se vendían en otros comercios del lugar.
De chica iba con mi madre, ¡Que inmensa que eras! Lo que íbamos a buscar en Ivon ahí estaba. Me gustaba recorrer los pasillos y ver todas las cosas bellas que allí vendían, las empleadas eran las mismas de siempre.
Estabas sobre la calle Rivadavia, entre San Martín e Hipolito Irigoyen. Quilmes centro.
Hace años que cerraron, creo que era una adolescente.
Muchas mujeres y hombres te recordamos con alegría, porque fuiste un pedacito más en nuestras vidas.

INE
                                                                                              
                                                                                                  
















Sólo dos monedas de un peso


Como cada día me levanté esta mañana, pasadas las siete y media. Imaginé con toda razón que sería un día más, igual a todos. Lo único distinto que noté eran los ladridos del perro de mi vecina Elvia, un cuzquito simpático, pero gritón. Me dispongo a tomar mi taza de leche cuando advierto que el Bobi está más gritón que de costumbre y pienso: ese perro está cada día más loco. Es muy cariñoso conmigo. Yo hace pocos meses que vivo en el barrio, pero desde que llegué se deja acariciar. Cuando me ve llegar corre a mi encuentro y apoya sus patas delanteras en mi falda buscando que le pase mi mano por su cabeza. Cuando me dispongo a tomar mi taza de leche me doy cuenta que el Bobi a dejado de ladrar. Me levanto para ir a ver que le pasa, cuando escucho el chirriar de la puerta de latón de la cocina que da al patio. Debe haber viento,  pienso, o quizás anoche la dejé mal cerrada. Dejo la taza a medio tomar y cuando me dirijo al patio, me cierran el paso dos muchachones, que me dicen: “no se mueva y no grite!” Miro sus ojos hinchados y sus caras desencajadas, como si no hubieran dormido, o quizá sean caras de hambre. No sé bien definirlo. Lo que sí sé, es que son muy jóvenes, entre 18 y 20 años. Yo me quedo quieta, y les contesto: “Y por qué voy a gritar si no me han hecho nada” ¿Estaba la puerta abierta o... (empiezo a preguntarles)  cuando uno de ellos me da un empujón que me hace trastabillar. Allí tomo conciencia de la realidad. El más chico le dice al otro: “Buscá algo con que atarla” Yo me adelanto y  les digo: ¿Para qué? “no necesitan atarme, si no tengo a dónde  ir” La furia que reflejaban sus rostros al entrar se hace más calma. Eso me tranquiliza y me permite acercarme más cerca de uno de ellos y decirle: “Tenés cara de no haber dormido ni comido, ni vos, ni el otro”. “Si se quieren sentar y guardar esa navaja que tienen, les puedo calentar un poco de leche que aún me queda con café que me sobró de anoche. Dirigiéndome al mas alto le supliqué: “guardá esa navaja muchachito, que con el temblor de tu mano te podés lastimar” Reaccionó como yo no lo esperaba, y dando un salto, pegó su cuerpo casi al mío y con la mano libre me agarró la cara y me la levantó.  Escuché la voz del otro que le gritó ”Pará, ¿qué vas ha hacer, loco?” Eso hizo que aflojara los dedos  que aprisionaban mi mandíbula, acercó su cara a la mía y  me miro por fracciones de segundos a los ojos, que a mí me parecieron interminables, y con una mueca burdamente parecida a una sonrisa, le contestó:  ”tranquilo viejo. Es la primera vez después de mucho tiempo que alguien se preocupa por si he comido. (Y entrecerrando más los ojos agregó) Jamás podría  hacerle daño”.  Cuando me soltó le tomé las manos y le dije: “mirá lo sucias que tenés las manos, grandote. A ver, los dos,  vayan al baño a lavárselas mientras yo les caliento el café con leche. Hay pan y manteca. ¡Ah! Mermelada no tengo.
Cuando salieron del baño noté que se habían pasado las manos mojadas por la cara y que habían usado el peine. De los tazones salía un vaho húmedo y perfumado. Se miraron entre ellos y me pareció notar que sus rostros se “infantilizaban”. Con falso tono molesto les dije: “¿Qué esperan? Que se enfríe?”. Y sin darme casi cuenta empecé a ponerles manteca a las rodajas de pan. Ellos comenzaron a comer y yo les dije: escúchenme bien muchachos.  Si alguien les dijo que me dieron el reajuste de la pensión (que me tienen prometido) les informó mal. Ayer fui a cobrar y al volver, lo primero que hice  fue pasar por la carnicería y la panadería de aquí a la vuelta, que son los únicos que me fían, y esto es todo lo que me quedó. Dándome cuenta por la situación que estaba pasando, fui al cajón del aparador y traje el monedero donde estaban, un  billete de cien, uno de cincuenta, tres de veinte y cuatro monedas de un peso, y se los puse sobre la mesa diciéndoles: “tomen lo que necesiten”. ¿y saben una cosa? Me gustó tenerlos en casa. Siempre estoy sola. Yo cobro todos los meses los días siete. Si me dan lo prometido, a lo mejor el mes próximo, habrá unos pesitos más. Cuando terminen salgan por la puerta del frente, yo voy a darle de comer a mis gallinas. Cuando volví a entrar no había nadie en la casa. Sobre la mesa estaban los dos tazones vacíos y sólo quedaban migas del pan. Me sentí turbada y pensando si acaso todo no había sido obra de mi imaginación, empecé a contar el dinero que estaba intacto sobre la mesa, como yo lo había dejado. Solo cuando me disponía a guardarlo me di cuenta que faltaban dos monedas de un peso. ¡Solo dos monedas!  Se me llenaron los ojos de lágrimas, y tomando  los tazones,  casi con alegría los lavé, pensando que a lo mejor en otro momento los volvería a usar. Es que nunca había visto en seres humanos, la misma  mirada de tristeza y resignación que tienen los perros abandonados.

Nilda Dotremont
24-5-07
                                                                                              
                                                                                                  















Primavera


A vos primavera te hilvano palabras. 
En un acróstico me he inspirado 
Para ver la vida más bella.

Primer resplandor del sol abrazando tu vuelta. 
Rimarán  poetas ...  Musa de majestuosa  belleza.
Inicio de idilios que atesoran  jóvenes corazones y aves alertas.
Murmullo de esperanza en jardines, campos y arboledas.
Aromas diversos  embriagarán los aires sorprendiendo a la tierra.
Viajera incansable colmada de milagroso equipaje. 
Entregas tu tiempo con  lazos  de amor a las ramas nuevas.  
Reavivas las flores y sus suaves  pétalos nos brindan colores. 
Animas el alma de tiernos humanos que regocijados esperan tu vuelta.

Nilda Etel Deluca
















La plaga y la venganza


Pisado y asfixiado
ya no puede respirar
tiran de todas sus manos
de sus pelos, lo torturan.

Él nos tomó como huéspedes
para su buen provecho y rendimiento
y ahora no sabe como librarse
de quienes tanto daño le han hecho

Tiene miedo, ah es tan frágil,
ah tiene un equilibrio tan sensible

Él es sabio y testarudo,
sí, muy lentamente prepara su venganza
como un plato frío
que se derramará sobre nosotros.

No lo hace por crueldad, no,
es muy instintivo
y solo busca recuperar su libertad

Oh mundo viejo, entiendo lo que sientes y lo que tramas 
para tantos inqulinos infieles.

















        Eduardo Munsters
y el ojo rojo de Ksorten Hárri


Continuación de la edición anterior

Pero los indios vivos que lo vieron cuentan una cosa muy distinta (y en estos testimonios se basan mis hipótesis por ser los únicos que no están contaminados de leyendas y fantasía): describen una criatura de piel lisa y negra, enorme, alargada y tubular, sin cabeza, sin piernas, sin membranas, sin ojos, sin boca, sin cola. 
Otro dato que orientó mis investigaciones: todos los indios que lo vieron destacan un cuerno delgado y torcido en ángulo recto en la punta, que se ubica a la mitad del cuerpo del animal, y es lo primero que se distingue cuando está emergiendo.
El día que un indiecito me trajo un pescado que en su interior alojaba un remache, el enigma se empezó a clarificar en mi cerebro.

La teoría con más aval en el ambiente científico es la del investigador italiano Mauro Onelli. Pero la idea de un pleosaurio atrapado  a causa de una glaciación de hace quince mil años en las paredes de hielo de un lago criogénico, no me parece convincente. Lo digo sin tener en cuenta la filiación del investigador con diferentes facciones fascistas de su país. 
El pleosaurio es la teoría que abraza con fervor la prensa y enmarca un dibujo del monstruo sonriendo para los carteles del turismo y las bebidas espumantes.

El día que el indiecito llegó con el pescado y el remache, le dije que me conduzca al lugar donde lo había agarrado. Atravesando malezas, árboles y arbustos, sin sombrero y lleno de apuro, fui conducido a una orilla desconocida del lago. Estuve horas mirando atento al Kami para percibir aunque sea la más mínima prueba de la existencia del monstruo. Cuando ya estaba oscuro decidí volver a mi cabaña. En ese preciso momento, cuando me encontraba alejándome y de espaldas al lugar, en una noche con luna y cubierta de bruma, escuché un ruido parecido a la presión del aire escapándose del agua y escuché la inflamación, el discreto chapoteo. En la noche las aguas del lago tienen una visibilidad casi nula, solamente unos pocos centímetros de profundidad. Corrí para acercarme a la costa y verlo mejor, aunque el espectáculo ocurría casi a cincuenta metros de distancia. No vi ninguna serpiente, ni ballena, ni castor mutante; vi un periscopio que se asomaba y me observaba como si fuera un ojo rojo.
¿Un submarino monstruoso y desconocido ronda las profundidades del lago Kami? ¿O es algo peor? ¿Ksorten Hárri será el resultado de la experimentación nuclear y biotecnológica que científicos alemanes realizaron en secreto con ballenas australes? Esto lo demostrarán los resultados de mis investigaciones.

Debo irme de la Patagonia: tienen mi imagen grabada en la retina líquida y roja del monstruo de fierro. Sé que distintas personas encapuchadas escoltadas por gendarmes, han estado preguntando a los lugareños por mi persona y el objeto de mis investigaciones. 
Dejo este esbozo científico para aquel valiente que quiera terminar mi trabajo.

Federico Rodriguez
















San risa


Cierren los ojos muy bien...lo verán, ya verán
San Risa y su laxitud, su candor, su humildad
Hay antídoto para este dolor? de amarte, de verte
Nos enseñas a vivir Gladiador?, jugando a aguantar
Que ruido hace tu paz que serena mi andar
Tienes los ojos nuestros, las miradas que robo
Y esta tremenda lágrima, que es la vida..tu vida
De alegrías y de tristezas, que es la vida...San Risa
"Viajas" para poder saber lo que ensañas
Y el Manto Brillante, lo has probado ya lo sé
Diosito me dio esta misión, pero duele...duele
Los Peques distraen mi atención, valorando el presente
En el cuenco de barro que soy, reposa el Principio Vital
Y la energía que asfixia cualquier debilidad
Que actúa como real motivador para aquel que a tu lado está
Experto en sueños dicen que sos, armonizador...magnetizador

Si esto tiene que ser así
Sepan que el claro de luna no solo me ilumina a mi!

Negro Goddio- Maten Al Rey -
Para Santy, 22 de nov de 2012- dia de la música