Revista Viajero N° 44 - Mayo de 2010





Idilio de una noche de eterna


Me pediste de antemano
que algo te escribiera,
algo que no sea mi oficio,
pero forje sinestesia.
Sin pensar mucho en vano,
con un poco de espera,
pude saciar el vacio
a sudor e inconsciencia.
Me pregunto por ¿Qué plasmo?
quizás alguna quimera
y un anhelo ficticio
de ilusiones pasajeras.
Una vida de gitanos,
una humilde calavera,
preguntarse por el ser
en cinco actos cualquieras.

No me olvido de tu parte,
de tu pena y tu diáspora,
no me olvido que dijiste
salgo para no estar sola.
Teoracto de sentimientos
antes de llegar la aurora
sabor amargo y triste 
pico dulce en tu boca.
El insomnio nos comparte,
paramnesia a estas horas,
tiempo que se hace flexible
mañanas en que se nota.
Metempsícosis de momentos
en que deseas ser otra,
olvidar lo que ya fuiste
redención tan lastimosa.

Pensamientos divagantes,
conexiones espontaneas,
laberintos convergentes,
senderos que se entrelazan.
Quisiera acompañarte
para que no salgas sola,
ansiaría  embriagarte
con mi música de alcoba.
Pero al advenir las noches,
fusco lienzo que enamora,
afloran cuentas pendientes
óbice que te desploma
mientras piensas en sainetes
en el baile y las bromas
ineluctable rutina
que mis sueños demora.

Y tus solsticios deroga.
Y tus solsticios deroga.

Emanuel Cañoto














La medallita


Amanecía en Buenos Aires.
Prevalecía en la acera la humedad del rocío nocturno complicando el caminar de Sonia Papasinni, una perseverante mujer de 75 años, que aún mantenía su elegante andar.
Esa mañana miraba con detenimiento las baldosas para no resbalarse, aunque conocía muy bien el camino hacia el subterráneo que por décadas había transitado.
Sonia había recuperado la esperanza: un nuevo rastro le indicaba que pronto se encontraría abrazada a su nieta.
En el bolsillo de su abrigo mantenía como amuleto la foto plastificada de su hija Marta y su yerno Ramiro, la última foto donde se aprecia el embarazo avanzado de su hija.
Es para ella imposible olvidar aquel terrible día en que un grupo de hombres los vino a buscar por averiguación de datos. Nunca más regresaron.
Pasados 30 años, corroboró que los dos habían sido asesinados sin enterarse porqué.
La angustia con el tiempo fue decayendo cuando las abuelas con similares situaciones deciden agruparse, en este caso, para recuperar sus descendencias.

Las lágrimas están asomándose pero respira hondo y como tantas veces ahoga su llanto.
El dolor, el cansancio y la desilusión, los amontonó el el arcón de los malos momentos.
Sonia quería poner todos los sentidos positivos para recuperar a su nieta de la cuál solo sabía que su hija en cautiverio había dado luz (a una niña.)
Había tejido, bordado, confeccionado prendas para un bebé que solo vio en una foto de su hija embarazada.
Escribió poemas y cuentos; inventó juegos y canciones infantiles.

Había soñado poner bajo la almohada inventando ser el ratón, las monedas para cuando perdiera su primer diente.
Se vio representada por otras abuelas en la puerta de la escuela retirando a su nieta.

La vio vestida de blanco a la salida de la parroquia con su canastita llena de estampitas.
Con su marido Raúl conversó noches enteras pensando: ¿Como será? 
¿Tendrá rulos como Marta o será lacio su cabello?
¿Quien la estará peinando diariamente? 
¿El hoyuelo de Ramiro tan pronunciado en su pómulo izquierdo lo habría heredado?

¿Como serán sus ojos?, ¿tal vez pardos y brillantes como los de Marta? 
Cuantos pensamientos sin respuestas. 
Cuantos remiendos tuvo su corazón, al que le hilvanó quebrantos.
El gran esfuerzo del grupo de abuelas que día a día recuperaban su descendencia la incentivaba a seguir.
Algo giraba en su mente, nunca perdió las esperanzas.
Las investigaciones habían avanzado pero necesitaba más confianza en si misma
Una semana atrás en una de tantas visitas a distintos videntes acudió a un lugar especial donde leían la borra del café.
Se sintió atrapada con algo diferente. Según decían, la acción de leer la borra del café era milenaria
La borra vislumbró el ondular de una falda, y un círculo de colores. A todo lo que le indicara una posibilidad más, ella siempre estaba dispuesta.
Cuando las encargados de realizar los encuentros, abogados, sicólogos, sicoterapeutas y el incansable grupo de abuelas la citaron a las 10 de esa mañana, Sonia le comentó a su esposo: –es preferible que no vengas Raúl, quédate, cualquier cosa te llamo, con tu arritmia no es conveniente, te prometo que te llamo si todo es positivo, te tomás un taxi y venís. No te esfuerces, mientras, prepárate un guisito ese que me gusta…eh -
Él respiró profundo, la saludó con un dulce beso y con la voz entrecortada le dijo:-¡cuanto te quiero mujer!, tengo fe, ¡hoy más que nunca!, prepararé el más rico guiso de los últimos años-.
Sonia sabía que el encuentro iba a ser difícil.
Ya no encontraría la niña anhelada, ahora es una mujer sorprendida por los hechos y con una identidad por recuperar.
Llegó al lugar de la cita.La voz de una mujer que sale del portero eléctrico le contesta: Adelante, espere cómoda en la sala.
Sonia entró lentamente a uno de los amplios salones donde se realizaban los trámites para dichos encuentros, sintió una sensación especial, tenía mucha fe de que era su nieta la que se encontraba allí, en una habitación cercana.
De repente una pelota de colores llegó a sus pies, recordó el círculo en la borra del café, se agachó temblando, un niño pequeño se encontraba a su lado, ella le sonrió, sus cabellos con rulos, el hoyuelo sobre el cachete rojo izquierdo le anunciaron que él era su biznieto. 
El niño levantó su pelota y corrió a la habitación cercana.
La sicóloga vino a buscar a Sonia, ella muy suavemete le habló: -señora no es seguro que la persona citada sea su nieta, tranquila no es conveniente que se desilusione-
-Está bien, pero, ¡sé que es mi nieta!, ella está acompañada con un niño con una pelota de colores y llamé a mi marido en unos minutos estará aquí, mi nieta, es la señora que citaron en unos minutos la abrazaremos los dos. -Raúl sabe que su mujer lo está esperando ansiosa y con sumo cuidado respira hondo para no desbordarse con el llanto contenido.
Sonia lo recibe, -amor, ya es hora de disfrutar nuevos tiempos.
Entrelazan sus manos junto a la foto de Marta y Ramiro.
Dentro del salón se escucha una dulce voz llamando…-vení Ramirito andá a buscar la pelota que están por entrar los abuelos.
Al verse supieron que eran una familia.
Los besos y abrazos colmaron con lágrimas el dulce y esperado encuentro.
La nieta les comenta: -yo también los buscaba, desde el día en que un señor en la puerta de la facultad me entregó un estuche con una joya de oro que en cautiverio le entregaron mis padres cuando este hombre fue liberado.
El me contó: -dejé transcurrir el tiempo, quería estar seguro de que fueras la hija de mis maravillosos amigos, el estuche es un regalo mío.
Este recuerdo será una bendición, consérvalo y busca a tus abuelos, ellos te contarán lo que pasó-.
Marta adoptó el nombre de su madre, ella en su cuello luce una cadena de oro con una medalla en forma de sol que en su revés hay una frase escrita que dice: 
Para Marta.
Con Amor.
Ramiro. 

Nilda Etal DE Luca
















Sé que por las noches mi alma se pasea


Aquella noche fue perfecta
dormía mucho, desde temprano
pero pude sentir la brisa que entraba
por la ventana, estaba fresco, 
pude sentir como mi cuerpo se erizaba
en seguida pensé. ¡ es como un regalo !
Adoro las noches, adoro esas noches,
taparme, dar vueltas, destaparme
volver a taparme; tener una cama grande
y dormir hecha un bollito solamente 
de un costado, el izquierdo,
(del otro lado me siento desprotegida
como vacía.)
El hecho era que dormía tranquila,
dormía en paz, dejando la mochila 
a los pies de la cama, hasta que te vi
hasta que me vi o mejor dicho hasta que la vi 
a través de la ventana, era ella que paseaba
sobrevolaba y me miraba, yo en la cama tapada
ella, desnuda volando por mi ventana.
Una ráfaga de paz o tranquilidad 
o quizás de las dos, me inundaba 
no importaba cuántas penas tenía
acumuladas, esa noche no estaban en
mi almohada, habían quedado a los  
a los pies de la cama.
Yo estaba contemplando el aire
entrar por la ventana y así estaba en paz
y así no necesitaba nada más.
Sé que por las noches mi alma pasea
visita amores y llora penas.
Por eso la espero, mirando por la ventana
luego regresa, se acomoda a mi lado 
y seguimos juntas caminando,
acompañándonos.
Se que por las noches mi alma pasea
visita amores y lava penas.
Se que por las noches mi alma pasea.
Se que por las noches me regalan vientos
que lavan penas.

María Eugenia Nebbia














Pensando en Ti…


Solo en ti estoy pensando
con mi corazón sollozo 
y mis brazos abiertos,
yo te estoy esperando…

Pensando en ti, aquí me encuentro,
con mis ojos de lejos oteando,
y mis labios rezando,
yo te estoy esperando…

Solamente en ti estoy pensando
con el alma en mis manos
y mis ansias temblando,
yo te estoy esperando…

En ti sola, estoy pensando…
no sé, desde cuando,
con mis ojos despiertos y
mis brazos abiertos,
que te están esperando…

Beto Cardozo
02/03/2008














Prohibido


Podrá apagar el cielo
                                  De un soplo
Podrá de a sorbos 
                              Enmudecer el mar
Pero nunca mi alma
                               Con silueta de papel y sangre de tinta

Podrá callar mi silenciada forma de amarte…

Emilia Vega Hünicken