Revista Viajero Nro. 40 - Diciembre 2009





Transitando el Amor

Recorro espacios en mi mente
y busco un rincón dorado,
que me muestre que siempre
tú estás a mi lado.
Salgo a las penumbras, 
y con tacto te voy buscando,
me escondo en los silencios 
que tu ausencia me provoca
pero todo se disipa cuando mi boca toca tu boca.
Mis manos son la guía que me llevan a tu encuentro;
regocijase mi alma por saberte muy mía
y quisiera con vos, transitar por esta vida.
Con tu dulzura y tu simpleza
me acompañas cada día
soñando con buenos tiempos
y que el Amor sea nuestro guía.

Héctor Carpio







Él


Lo vi llorar y me dio lástima.


- Es la ley y hay que aceptarla le dije-. Después de todo, la vida es un andar permanente, un eterno vagar sin sentido, y ahora  no nos viene nada mal un poco de quietud, algo de sosiego.


- Precisamente de eso se trata se lamentó-. Me encantaría poder permanecer aquí después de tanto cansancio, pero todavía me queda mucho por hacer. 


Y al tercer día, resucitó de entre nosotros.

 Miguel Angel Morelli














El águila y la niña


Había una vez; hace unos meses; un águila que se paseaba dentro de una gran jaula que habían construido para ella sus dueños.   

Allí adentro podía volar, comer sus alimentos, mirar como los niños y grandes jugaban felices por el parque que rodeaba su jaula.

A veces los llamaba y se acercaba a las rejas para que ellos la integraran a sus juegos......aunque solamente conseguía que la alimenten y acaricien su plumaje....
Cuando caía el sol y se acercaba la noche, ella miraba y hablaba con sus amigas las estrellas y la luna... y toda esa quietud que la envolvía, muy suavemente la adormecía.
De día ella escuchaba la risa de todas las personas y niños que andaban a su alrededor.......y ella estaba allí, en su jaula.

Un buen día, se le acercó una niña y le dijo que se sentía muy sola y triste y no sabía qué hacer para que pasara el tiempo en su vida y no se sintiera limitada por su corta edad.

El águila le respondió:.. “Desde mi jaula puedo ver que tienes toda la libertad de acciones que puedas imaginarte. Puedes jugar, correr, entrar y salir de tu casa; reír; llorar; siempre a tu gusto y donde tú quieras. 
Sin embargo yo siento que tu corazón está prisionero en una jaula.

¡Mírame a mí!. Yo soy libre y puedo hacer lo mismo que vos... pero dentro de estas rejas. Aquí me encerraron porque creen que soy peligrosa para los demás.....y sabes una cosa... Ojalá algún día les pueda enseñar a ustedes todo lo que veo, escucho y siento en mi corazón desde aquí, mi jaula, para que puedan reconocer la diferencia...”
Ahora; esa misma águila; reconoció y comprendió que la niña y ella tenían mucho en común.

La niña crecía con una jaula en su interior y no veía la libertad de su expresión, de su ser...
El águila crecía libre en esencia, aunque limitada por unas rejas externas que limitaban su libertad....
La niña; al escuchar a su amiga el águila, lloró de emoción y alegría al entender esas palabras que le salían del corazón...y en un momento dado.....abrió la jaula ante el asombro e incertidumbre de los demás, se abrazó a su amiga águila, se miraron a los ojos tiernamente y luego, casi en silencio, el águila se alzó en manso vuelo rodeando su jaula abierta, se acercó a la niña expresándole todo su amor, su gratitud y también lloró con ella ...... y mirando el cielo inmenso y brillante, se despidió de la niña con  un ... “¡ hasta siempre amiga mía....aprende a volar en espíritu y recupera tu estado de gracia plena, infinita, para siempre!”............................
Desde entonces, al mirar el cielo; se puede ver un águila en pleno vuelo, cruzando mares, tierras, bosques, jardines, observando y sintiendo la plenitud del día y la quietud de la noche, viviendo cada momento una nueva alegría de libertad en pura expresión de su ser...















Locos Mayo


Compensados y descompensados.... 
de amores no te arrepientes 
incluyendo a quienes te enloquecieron 
pero de amor?... Leer más 
locuras cuadradas 
locuras redondas 
con dolor y sin dolor 
todo para gusto 
del consumidor. 

(mucha gracia tiene 
es quien pasa piola 
con locura y todo incluida) 

Desgracia es, la soledad 
mal llevada. 

Hoy es incierto todo 
cierto 
y acuario sobrevive, 
mientras piscis 
es devorado 
por una mujer 
malvada 















Es Navidad


Es Navidad cuando somos capaces de expresar un te quiero a nuestros seres más queridos.
Es Navidad cuando día a día podemos llevar una sonrisa a los que nos rodean a pesar de las dificultades.
Es Navidad cuando podemos perdonar los errores que otros cometen y ayudarlos a cambiar.
Es Navidad cuando aprendemos a perdonarnos a nosotros mismos nuestros errores, y amarnos con nuestras luces y nuestras sombras.
Es Navidad cuando buscamos cambiar esas sombras para amar mejor a familiares y amigos.
Es Navidad cuando sabemos escuchar consejos de los que nos aman sin desecharlos antes de reflexionar.
Es Navidad cuando dejamos de prejuzgar y aprendemos a ver que cada persona tiene su rayo de luz para alumbrar.
Es Navidad cuando descubrimos en nosotros que nuestro amor fortalece nuestro hogar.
Es Navidad cuando abrazamos al amigo que sufre y sostenemos su debilidad.
Es Navidad cuando mantenemos la vista en el cielo sin dejar de actuar por la paz en la tierra.
Es Navidad cuando luchamos por la justicia y la igualdad, cuando construimos en vez de criticar.
Es Navidad cuando valoramos lo que tenemos sin dejar de luchar por lo que aún falta alcanzar. 
Es Navidad cuando rezamos por todos aquellos que no pueden festejar.
Es Navidad cuando somos concientes de que las desigualdades las crea el hombre, y no Dios pero podemos prestarle a El nuestras manos para transformarlas desde donde estamos, con lo que somos y tenemos.
Es Navidad cuando luego de brindar en la cena… antes de poner la mirada en los regalos, la dirigimos por unos  minutos hacia el pesebre y su humildad. 
Es Navidad cuando abrimos nuestro corazón a lo divino, y dejamos que El transforme lo que tenemos de humano para que nos impulse a actuar.

Que esta Navidad sea el nacimiento en cada uno de nosotros de todo aquello que sabemos que podemos ser y dar, para el bien común y personal.















Soñar


A mi espalda yace la princesa mas hermosa, ella sabe su condición, y al saberlo me expone a sus caprichos, yo como un lacayo sigo cada orden que se le antoje, soy su esclavo, y realmente, sinceramente, me gusta serlo. No tengo porque ocultarlo rindo tributo a su belleza, a su juicio, su verdad. Solo soy un peón, pero me trata como un rey y obviamente me encanta, disfruto de su real compañía, aunque sé que ella es mejor, pertenece a otra clase de personas, a las divinas, a las cuales están dedicadas las más delicadas obras de arte. Se merece un monumento y lo tiene dentro de mi corazón. Aunque sufra por mi ignorancia, aunque luche contra su libertad, me encanta, y no puedo dejar de amarla, en ningún momento, aunque me sienta abatido, desafiado, contrariado, y mucho peor. Nunca voy a poder ignorar su poder de atracción, es todo lo que alguna vez soñé. 

Leandro Szilvay















Pesadillas


¿Qué pesadilleás
cuando tus párpados se trenzan?
 
Convulsiones,
los huesos te crujen como escarabajos.
Gritás
más que cualquier otra noche.
Tus nervios son una montaña rusa,
ningún beso te cura
(y no probé sólo con los míos).
 
No sabés hacerme feliz,
no saliste de un cuento dorado.
Pero de-sen-te-rras la alegría,
sos un perro sin patas
que excava igual.

No es cierto
que la luz de las estrellas guía…
si esta noche caímos en los pozos que cavaste
y sos un cachorro buscando
una vía de escape.
 
Ya querés saltar de un puente Madison
pero estamos en Buenos Aires, amor.
Vos esperabas que te valoren
jajajajaja
el precio que te concedan
aumentará con los años.
 
No puedo contradecirte
¡si somos idénticos!
 
Más que morir
buscamos con quién.

Ayelén Araujo 
14 años.














La Mancha


Ese día yo me encontraba en la oficina, mirando absorto una mancha verde que había salido en el techo. Era una mancha alargada y serpenteante, y me pareció ver en ella la silueta de un viejo delgado y barbudo apuntándome con el dedo. Pasé horas mirando aquella mancha, intrigado con aquel señor de barbas que no dejaba de señalarme. Traté de imaginar por qué me miraba de aquella manera, ¿sabría quizá algún secreto sobre mí que ni yo conocía?, ¿me acusaba tal vez de algo imperdonable que hubiera hecho? No tenía idea de la causa, pero la mancha me intrigaba y me repelía a un tiempo. 
 
Intentando sacar de mi cabeza aquella imagen, bajé la mirada, encendí el monitor de mi ordenador y me dispuse a continuar con mi trabajo. Estuve un buen rato repasando la contabilidad y realizando algunas gestiones al teléfono, era un trabajo tedioso, pero no me importaba, mientras mis dedos tecleaban mecánicamente, el recuerdo de mi mujer, tal como la había dejado al marcharme a trabajar, dormida y desnuda en la cama, me reconfortaba. Era la mejor imagen del día, el hermoso cuerpo de mi mujer bañado por el sol de la mañana. Seguí trabajando con aquella imagen flotando en mi mente, ya tranquilo y feliz, cuando mis ojos se desviaron un momento hacia el techo. El viejo de la pared me devolvió una mirada torva. Allí seguía, observándome y señalándome impasible, con una sonrisa burlona en su rostro que parecía mofarse de mí. Un escalofrío recorrió mi espalda al volverlo a ver.
 
Me levanté y moví una planta de sitio para tapar aquella visión, pero fue aún peor. Ya no veía la mancha, pero sabía que el viejo estaba ahí, esperando, vigilándome y apuntándome con su huesudo dedo. Volví a traer a mi cabeza la imagen de mi mujer, y traté de recodar el momento en el que me quedé apoyado en el quicio de la puerta, observándola mientras me tomaba un café. Ese fue un momento delicioso, y rememorándolo  pude  olvidar  por  unos  segundos  el  miedo  irracional  que  estaba
 sintiendo por culpa de aquella mancha. El café caliente en mis manos, el silencio de la mañana, mi cama, y durmiendo en ella todo lo que quería en este mundo, eso era más fuerte que cualquier temor estúpido.
 
El extraño hilo que enlaza los pensamientos me llevó a unos instantes antes de que me tomara aquel café, cuando lo estaba preparando, y luego saltó a unos minutos después, cuando salí de casa, y de repente me asaltó la duda de si apagué el fuego de la cocina después de hacer el café. Siempre he sido muy maniático con esas cosas, y jamás se me había olvidado hacerlo después de usar la cocina, como tampoco nunca salí de casa sin haber echado antes el cerrojo, pero en ese instante me era imposible recordar el haber cerrado la espita. Decidí llamar a casa y avisar a mi mujer para que lo revisara. Marqué el número de mi casa y esperé, pero nadie respondió. Nervioso, me levanté del sillón y paseé por la habitación con el teléfono al oído. Me sentía impotente y tenía miedo de que algo hubiera pasado por mi culpa, no me lo perdonaría nunca. Mientras esperaba una respuesta del otro lado de la línea, una mirada furtiva se me escapó hacia el techo. El viejo seguía allí. Su expresión parecía más cruel que antes y su sonrisa más siniestra. Su dedo se mantenía firme ante mí. Se estaba riendo de mí, se burlaba de mi angustia. Parecía conocer las dudas que me mortificaban y se regocijaba. Una cuarta llamada y seguía sin contestar nadie. El temor se había transformado en certeza, estaba seguro de que algo malo, horrible, había pasado en mi casa, y el viejo surgido de la mancha estaba ahí para recordármelo y disfrutar con mi sufrimiento. En un ataque de ira, me subí a una silla y arañé la mancha con mis dedos. Me arranqué dos uñas y dejé mis yemas en carne viva, pero logré arrancar la mancha de la pared. Cansado me dejé caer en el suelo y me puse a llorar 
 
Minutos después, el teléfono sonó. Era la voz de mi mujer.















Hacia el Sol


La sangre
que circula por mis párpados
colorea las imágenes
de esta insólita mañana.
Me veo caminando por la arena
hacia la hoguera de un sol rojo
arrastrando
colgada de mis piernas
una sombra alargada.
Desde atrás
observo mi figura
apuntando hacia el cenit.
Desde adelante
veo las huellas y los huecos de mi cara.
Decenas de fantasmas
se han lanzado
sobre el sendero que transito
danzando delirantes
y rozando mi cabeza con sus sábanas.
De pronto todo se detiene
la visión desaparece
y abro mis ojos
al resplandor intenso
del mediodía que recrea esta playa.
Me doy cuenta
de que otra vez están conmigo
el cielo azul y el verdadero sol
los pájaros flotando en el espacio
la brisa que se escurre sobre el agua.
Forman parte de la diaria realidad
que me asombra
con sus otros fantasmas.

Evaristo Rodríguez














Agradecida


Anoche vi tu imagen reflejada en mis sueños
tu y él, los dos, latentes aquí sobre este ensueño
de vida desplegada de unidos sentimientos,
y al despertar lloraba… él sí partió hace rato
pero tu…tu… tu no te vayas lejos:
La tierra aún está firme, tan firme como el ansia que llevas muy adentro,
destruye esa miseria de muerte que no es tiempo
y arrancarles estrofas de vida a ese tu cuerpo.
Te necesito madre, para mirar la vida de frente con alma de coraje,
para sentir el ave que anida alegremente en esta rama tuya
con raíces lejanas… mas tus mismas raíces,
mira el sol como brilla, como brota la vida por sus rayos en instantes
y no des por entrega tu alimento a la tierra que aún es tiempo de siembra.
Ven y andemos muy juntas como cuando tu vientre alimentó tus ansias,
como cuando tus sueños se quedaron dormidos y yo tejí los míos
mientras tu cuerpo entero me brindaba la vida en oscuros silencios;
ven… acércate… enrosca tu raíz a mi planta,
que el calor de mis bríos  te traspase hasta el alma,
y así estiras tu vida con la vida que un día tu a mi me regalaras

Marí Bacot

Revista Viajero Nro. 39 - Noviembre 2009




Sabiduría



No tengo horror los años, ni siento que pesan tanto,

solo los siento cansados... de tanto que se han brindado .
Sueños... Tener muchos sueños... infinidad de y variadas,
es lo que el hombre sostiene desde que así fue creado.
Por eso los años todos, cuanto más años... pasado,
cuanto más henchido el vientre de años que van sumando,
más prodigiosa la mente que cupen tantos encantos.
Me siento, como la tierra, que cobija tanto y tanto
y arrancó notas y estrofas que tengan sabor a canto
a lágrimas... esperanzas... risas... ideas... que broten por todos lados.
Cuando se dice, estás viejo, para abarcar tanto y tanto,
para pedirle a la vida aquello, que es de otras manos
sin surcos como las mías porque es virgen y lozano,
Entonces sí me lamento, como un juguete olvidado,
no porque no tengan fuerza todos mis años ahumados,
engarzados en los surcos profundos de mi pasado,
sino por la mente obtusa, de los que vienen aullando,
y arrastran tras sí esas fuerzas, que a mí…
a mí... me costaron años.

Mari Bacot














¿qué silencio
nos devora la boca
y nos exige ser fuertes
sin emitir sonido alguno?


he intentado ser otras
quise parecerme
a las mujeres que llevan blancos vestidos
y lucen sobre el pelo
una flor de campo
y conocen a la noche
más que a ellas mismas.

También quise
ser como esas otras
que se parecen a los grillos de mi patio:
tímidas, cantoras, insuficientes
pero lo bastante hermosas
como para no mostrarse.

Quise ser mujer de mieles
de joyas hechas con arena y algas
en vez de coleccionar amores cadavéricos
atiborré mi cocina con frasquitos de azúcar
en vez de plantar espantapájaros en mis manos
les puse guantes y algunos anillos de plata
canjeé mis miedos y flaquezas
por palabras de amor
y miradas cargadas de dulzura.

Tantas veces me vestí con pájaros
y simulé ser una garza
o al menos un cisne
solitario sobre el espejo de los parques
y otras tantas
fui rosa
y me camuflé entre las flores
que se oscurecen detrás de los muros.

Intenté tantas veces
ser otras letras y otras hojas
leí tantas voces
observé tantas imágenes
me recreé un escenario perfecto
un guión impecable
un monólogo surrealista
pero siempre fui la misma
detrás de la misma máscara cambiante

un día furia
pecado
vergüenza
otro día caricia
súplica
restos de nube celeste.

Pero jamás
ni aunque me pintara con árboles
me disfrazara de inmaculada
y sirviera el té
como una dama de palacio
ni siquiera
acurrucada entre la música
fui la amada
siempre la ausente
la que no está
o no les importa

siempre yo
adentro de mis costillas













El signo


A Mariano C.

Se le acercó, amenazante. El anciano, jadeando, buscó a tientas su bastón.

- Sé que te estoy soñando oyó que le decía el viejo-, y que por lo tanto dependés de mí. Me bastaría con despertar para acabar con tu amenaza para siempre.

Entonces levantó el cuchillo y le dijo:

- Es cierto, amigo mío, pero en todo caso la dependencia es mutua. Yo dependo de tu propio sueño. Vos, de este soñar eterno donde tus ojos ya ni siquiera son tus ojos. Mis días son iguales a tus noches para que tus noches sean iguales a mis días, y cuando uno es, el otro es nada. Como vez, la misma condena que nos une, nos separa.

Desde entonces cada amanecer los sorprende con una cicatriz en la frente, un signo misterioso que después borran la vigilia y el olvido.

Miguel Angel Morelli












A marine (vista desde el cantábrico)

                  tras ocho años a tu lado



limpio como sus olas
el mar te inunda todo
verde como el oleaje el paisaje dibuja superficies mamarias
de una naturaleza embellecida
quizás domesticada y dócil
atractiva
en el agua no están tus afluencias
hoy no vienes a mi
desde allí adentro
no escucho tus sonidos
ni logro perpetuar la belleza brutal de estas oleadas
el clima no te inunda
sólo te moja el agua cristalina una mar destemplada
casi fría
atrás están las nubes
los árboles danzando
una danza nupcial tranquilizante

la imagen no es perfecta

en ella
tú…

no estás

Omar- Pascual Castillo
La Habana, Cuba
Recidente en España













Madrugada

 
Taciturna me encuentra
taconeando por calles inciertas.
Frío que cobija
un alma en pena,
desde mi pelo escapan
rayos de luna apaciguados
deslizándose lentamente.
Pariendo albores
madrugada trémula...
Mientras, un gato
se cruza en mi camino.
Osadía urbana,
osadía mía,
andar por calles inciertas...
De madrugada!..

Rosenna

















Me gustaría


Me gustaría que fueras mis mañanas
para no tener que buscarte en mis sueños cuando te extraño.
Me gustaría hallar la palabra exacta
para describir cuánto te amo.
Me gustaría reírnos aún bajo la lluvia,
ser tu anclaje y tu aventura.
Me gustaría ser golondrina,
hidratarme en tu oceánica hermosura
y migrar cada vez que me lo pidas.
Me gustaría olvidarme del tiempo y la rutina,
aprisionarme en tus brazos
y volver a ser niña.
Me gustaría ser tu luz de noche, tu sombra de día,
ser la increíble poeta
a la que acudas para enamorarte,
para asilarte en mis noches de magenta, bajo la luna. 

Emilia Vega Hünicken













De tu cara, arruguitas


No me mires, no me hables
si en ti no quedaré.
No me dejes convencer
que tu alma me merece
me reclama y me ama.
Si no vas a quedarte
no me dejes que te ame;
si no vas a quedarte
no me dejes que te espere.
Por que mi alma te desea
y mi cuerpo te reclama;
no me dejes sin palabras
que me quitan el aliento
que mis labios se resecan
y mi sonrisa se marchita;
no me dejes amando
de tu cara arruguitas;
si cuando pasa el tiempo
me las quitas.
Si ya no me amas, no lo digas
que mis manos envejecen
y mi alma se castiga.
No me mires, no me digas
tu silencio me lo explica.
Solo es mi alma que suplica;
no me dejes amando
de tu cara arruguitas;
si cuando pasa el tiempo
me las quitas.

María Eugenia Nebbia 













El topo

En la larga penumbra que me imponen los días
Que paso con desgarros sin ver la mínima salida
A esta incertidumbre de si existes o sueño,
Me voy quedando ciego como un topo en la tierra.
Es el olfato, el tacto, con los que a duras penas
Voy siguiendo el camino de la humedad constante
Oliendo en cada paso sólo vagos indicios de ti,
De cielo claro, de luz, inmensa luz de primavera.

Pero en la tierra, camino, avanzo y retrocedo
tras palpar que por donde transito transitan otros ciegos
a los que beso sus húmedos hocicos y de los que percibo
todas las sensaciones de aire limpio y transparente aurora
que dicen ha de haber sobre la superficie que me aplasta..

El miedo a no encontrar allá, donde está la parte alegre
De las plantas, el color, los matices, la hermosura
Me provoca seguir cavando espacios circulares
Túneles que protegen mi absurda intimidad de topo solitario.
Pero no sé por qué, huelo, intuyo, siento que no quiero seguir
Por mucho tiempo en esta oscuridad que me aprisiona
Y deseo descubrirte, mi libertad soñada.


Paco Benitez-Aguilar, 31 de octubre  de 2009
Media Sidonia (Cádiz), España













El significado de amarte


Dentro mio busco un significado
que he descubierto con un cómplice
que enciende
en cada destello de su palabra
mágico como el reflejo de la luna
enfocando mis instintos
y dejando a la luz
la maga proeza que hace
que en lo invisible mi piel
se erice en un delirio.
Mientras...
Mi pluma ejerce el mandamiento
del don de amarte en silencio.
Y en un cáliz entrego
mi amor en tus manos.
Y en un sol mi piel quemada
suave como pétalo de rosas
levanta suspiros en llamas
indeleble caigo
en las redes de tus brazos
y encuentro el sentido
del significado de
amarte!!

Angelross

Alba Rosa Retondo
www.arihua.net
















Las velas en el horizonte



Ser un personaje de un cuento fantástico fue siempre mi debilidad. 
De niña imaginaba que era reina o plebeya de las viejas historias que leía varias veces. 
Eran tiempos difíciles. Los libros  me lo obsequiaban en fechas especiales. 
Recuerdo, que uno de ellos, contaba la odisea que tuvieron que pasar un grupo de jóvenes estudiantes que, festejando el fin de un curso especial salieron con profesores a navegar por el Tigre en varios veleros. 
  
Ellos eran de familias adineradas, así comenzaba la historia. 
Comprendí que solo soñando sería una de sus protagonistas. 
Mi pluma ardiendo se penetra en la imaginación del autor de aquellos viejos cuentos. 
Aquí me encuentro; en la popa de la pequeña embarcación, que se balancea con las suaves olas que forma el río. 
Mi larga cabellera llena de bucles, acompaña la danza. 
Las velas de color claro y la textura de sus telas se parecen a mi amplio vestido que llega casi a mis tobillos. 
Me siento observada por mis compañeros de viaje y protagonistas de esta historia. 
Escucho al pasar a uno de ellos que le pregunta a su compañero, 
-¿Alguien sabe quien es esa joven que está en la popa?- 
Nadie contestó 
¿Me habrán visto todos? 
Por la noche, a la luna (mi amiga)  le relato: 
Tengo que estar en esta historia pues cambiaré el final ¿como explicarles a todos que  tendrán problemas serios en la travesía y que les ayudaré a cambia el rumbo?- 
Fui la mujer misteriosa que solo apareció el primer día. 
  
Eran cuatro embarcaciones, la segunda noche tuvieron serios problemas con el viento. 
Los Jóvenes y profesores de navegación se encontraban perdidos por la niebla en el delta. 
Al capitán del velero principal que era el que daba las órdenes, lo convencí que se alejara del oleaje tormentoso. 
Le sugerí que se acercara a una de las islas y dejara pasar la tormenta. 
-Hágame caso soy la que sabe el final del triste cuento y quiero cambiarlo-. 
Él me contestó: 
-No sé porque te escucho, algo lleva mi timón y el de mi flota hacia la más cercana isla. 
Pasaron diez días hasta que se divisaron en el horizonte las coquetas velas del total de las embarcaciones. 
Llegan todas las naves al puerto. 
Mi pluma se despidió y en él cielo brilló una luz diferente: era el autor del viejo cuento que satisfecho me saludó. 

Nilda Etel Deluca

Revista Viajero Nro. 38 - Octubre 2009





El agua golpea los vidrios,
afuera llueven buenos augurios
pero ella no puede mojarse,
la encierra su cajita de miedo.
Espesas noches implorando misericordia,
ardiendo las penas.
Caminan los relojes.
Ruega escapar de su cajita,
y las llaves juegan a hacer música entre sus manos.


Noelia S. Bozzo
noeliabozzo@hotmail.com














Instrucciones para no sentirse triste


A mi amiga Natalia

Si usted esta angustiado, una tristeza le oprime el pecho, le rondan por la cabeza pensamientos nada agradables, manteniéndolo despierto toda la noche, no descansa bien, tiene siempre una lagrima a punto de caer, si le duele el pecho como si tuviera una piedra, sin motivo aparente. Así como de la nada un día se ha levantado triste, siente que la vida no le sonríe de la misma forma que otros días, siente una pesada nube, usted esta simplemente triste o deprimido.
Esta es una guía práctica para que el sol vuelva a brillar para usted y que pueda sentirse más liviano en la vida.
Antes que nada, debe levantarse de la cama, si, porque a pesar de no dormir, muchas veces suele ocurrir que no quiera levantarse de la misma pues no encuentra motivos, la razón es que no hay motivos, pero eso no debe importarle, debe levantarse.
Importante, dese una ducha, siempre es buena reparadora junto a un desayuno rico en proteínas, ¡mímese! Usted sabe como, no importa si no tiene ganas…
Si tiene una mascota, un perro, un gato, un hámster tal vez, o quizás una tortuga, búsquelo, aliméntelo, también puede pasar que en nuestro estado de tristeza absoluta nos hayamos olvidado de alimentar a nuestra mascota. Una vez que su mascota este feliz por el alimento recibido, abrácelo, fuerte, pero no tanto como para asfixiarlo, déle cariño, usted puede, inténtelo, pásele la mano por el lomo, levántelo a upa – Esto no se recomienda si tiene por mascota a un pez, por ejemplo, no lo saque de la pecera, repito no lo saque de la pecera, podría ser motivo para que aumente su tristeza al verlo boquear sin aire.- Inmediatamente verá y tendrá entre sus brazos a un ser vivo que daría lo que fuera por usted, le devolverá en creces el afecto que le acaba de prodigar, y se sentirá una persona que no está sola en el mundo, tiene un ser vivo que le da amor, ¿verdad que ahora se siente más reconfortado?.
Si no tiene mascotas, pero tiene una planta, repita el paso uno, el dos no es necesario, déle agua, si le ve las hojas marchitas ajadas, sáqueselas, límpiele las hojas lindas con un pañito húmedo, también demuéstrele afecto, no es necesario que lo levante, tal vez usted tenga un ciruelo y eso le puede producir dolor de cintura, póngale música suave, siempre se recomienda música clásica, parece que a las plantas les gusta Beethoven, pero le damos la libertad de que la música la elija usted, sienta renacer la vida y esa planta le devolverá el cariño poniéndose linda y única, sólo para usted.
Si usted hizo todo esto inmediatamente luego de la ducha, el siguiente paso es vestirse, póngase ropa cómoda pero linda, no se disfrace de indigente, tampoco de gala, simplemente póngase algo que a usted le guste. Ok si quiere ponerse un smoking esta en todo su derecho, ¿quién soy yo al fin y al cabo?. Un vez vestido, salga a la calle, aunque le dé pereza y desazón, salga a la calle y camine, camine sin rumbo aparente. Pero busque una plaza, así como quien no quiere la cosa, búsquela, camine hasta la plaza que recuerde, recórrela, amíguese con ese espacio verde que hacía tiempo no veía, si gusta usted puede ver los niños jugar en el arenero, sino simplemente busque un banco y siéntese. Si su mascota era un perro, éste puede acompañarlo en su paseo, es más; es recomendable que lo acompañe su perro, si usted tiene un pez, no es recomendable que lo saque a pasear.
A continuación lo que hará es muy sencillo, una vez sentado, tratará de escuchar los pájaros trinar, si no hubiera pájaros en esa plaza trate de trasladarse a otra, busque, escuche a los pájaros cantar, si es una de esas plazas céntricas, y hubiera palomas recuerde llevar migas de pan, aliméntelas pero con cuidado no queremos que desaparezca debajo de una montaña de animales alados desesperados por comer, ya comidas las palomas y ya escuchados los pájaros, levante la cabeza y mire hacia el cielo, sentirá de a poco un calorcito en la piel, es el sol que lo abraza, siéntalo, y escuché los pájaros, recuerde a su gato, perro, tortuga o pez dorado en su casa, esperándolo, recuerde que el cariño que le tienen reservado, sienta un poco más el calorcito del sol en su cara, y de pronto ya no se sentirá ni tan solo ni tan triste como antes…


Lola Ghiglione














Fue un rapto de recuerdos


Anoche, muy anoche, es decir muy tarde en la noche, mi prima, mi amiga, mi hermana, tenía unas palabras que quería escribirlas, soltarlas, y como no se animaba me las dió, para que yo escribiera. anoche, muy anoche mi alma, no tenía palabras, no podía gritarlas y como no se animaba a quedarse en silencio, tomó las palabras de su hermana y las transformó en poesía. Las dos sabíamos que su alma y la mía sentían lo mismo, por eso es que mis letras pudieron darle forma a sus palabras.


Fue un rapto de recuerdos o tal vez
mi cuerpo bajando la guardia: deponiendo armas;
lo que me llevó a escribirte la otra noche; todas las noches.
Fue un rapto de recuerdos o tal vez  levé anclas,
fue la traición cansada lo que me llevó a llorarte
la otra noche; todas las noches.
Durante esos raptos en los que mi mente
y mi corazón, cansados, me traicionan.
Traicionan la memoria de mi cuerpo, que intenta olvidarte.
Olvidar, el roce de tus labios, la miel de tus manos.
Quizás, tal vez, yo sea el rapto en el cual mi mente me traiciona
y mi cuerpo te recuerda.
Mi cuerpo bajando la guardia: deponiendo armas
Cuando menos lo espero, cuando más te anhelo.
Sí, es eso, un rapto de recuerdos que se esfuman con el tiempo
que se desangran en minutos; 
en todos los minutos, lejos de mi cuerpo.
Y por más que lo intente, 
la memoria traicionera de mi mente.
te evaporas. Te desplomas.
ante la luz de mis ojos, ante la rabia y la furia de mis manos
ante la frialdad de tu mirada. Entre todas tus cagadas.
Te desplomas. Te evaporas.
y ya no te conviertes
en un rapto de recuerdos.
Ya no me traiciona la memoria.
Es por eso que te rapto de mi cuerpo
que te evaporas entre mis recuerdos
que te desplomas ante tu incoherencia
que ya no te permite. Que ya no te permito
que seas un rapto entre mi cuerpo.

María Eugenia Nebbia
maru_nebbia@hotmail.com














Cuestión de distancia


Supongamos que María tiene muchas ideas apiladas como libros sobre una pelota de golf. Ideas que, en un intento desesperado por alcanzar la estabilidad, son apoyadas en bloque sobre la cabeza de Juan. Se agrega también un vaso descartable casi sin agua, un gato de felpa azul y catorce gramos de cal.
Después de la arriesgada operación María descubre con cierta tristeza que todo está aún más próximo al derrumbe, y en vez de retirar una a una todas esas cosas que se apilan desprolijas sobre la cabeza de Juan, lo sacude de la camisa esperando que se acomoden.
 
Todo cae abruptamente y golpea contra el suelo, estallando en miles de pedazos bien chiquitos —el todo incluye también varias ideas de Juan. María ve el desastre que ha hecho y decide remendarlo pero, al intentar agacharse a recoger lo que tiró, descubre que sus brazos y cabeza están a dos pares de millas de sus pies.















Reflexiones II


Siento que transito sobre una cornisa
que separa lánguidamente el dolor de la algarabía,
las heridas punzantes de aquellas suaves caricias,
el pasado de un amor de fantasía,
y la soledad que se aproxima.

Aún mis pensamientos están embotellados
en la autopista de los aciertos,
mientras mi corazón incita a los impulsos
a arrojarse hacia la calle del futuro

Y yo continúo sobre este filo de cemento
esperando una respuesta, una excusa
para evitar este momento y seguir sobreviviendo
en la ordinaria batalla de la vida

Se confunden mis emociones
al no encontrar un equilibrio
a mis miedos y pasiones
que juegan plácidamente
en el parque de mi pesimismo

Sé que este lugar es pasajero
que ya llegaran mejores tiempos.
Tiempos de cambio, de cordura
si es que no se disiparon
en el laberinto de la locura

Emilia Vega Hünicken














Marakame


               San Andrés Cohamiata, lugar terregoso mezclado con  pasto largo y grandes rocas…  lugar Bendito, enclavado en la sierra madre occidental, es  la sierra Wixarrika. La tez de la piel es  del color de la tierra… morena

Pantalones de tela de manta color blanca, las camisas de color brillante y descubiertas a los lados del abdomen, el sombrero con adornos de tela o con plumas de cientos de  aves,  los huaraches son de unos hilos muy delgados de correas, ¡así se viste el hombre!

La mujer viste de manera sin igual con un conjunto llamativo en colores y figuras, con pulseras y collares  hermosísimos, fabricados con sus propias manos y con la colorida shakira, así  visten las mujeres.

Las grandes formaciones  rocosas dan la impresión de que tienen vida, cuando cae la noche la constelación dice presente ¡aquí estoy!

Las festividades de octubre son sagradas presencie actos que jamás  había visto en mi corta vida, en ese mes se elegirá al nuevo marakame que interpretara los designios de los dioses,.

Es Rogelio, moreno Jovial y  sobre todo muy humilde en su actuar es él, el nuevo marakame de las tierras del venado azul de las tierras del viento que habla, de las tierras de Uca Villeli, Rogelio habla de manera excelsa. Charle con el ala luz de la luna, no había luz eléctrica por lo que el cielo  estrellado mostraba su arrogancia celeste.
En la gran plaza de tierra firme me senté cerca del lugar sagrado, conversaba con mi amigo Wirra, intercambiábamos impresiones yo le hable de Terrorismo, robo de niños, trasplantes de órganos y el tren ligero.
El me hablo sobre Aramara, sobre el gran astro rey sobre dios y la muerte.

Yo le regale una playera de Zapata y una lámpara de mano, el me regalo un sagrado peyote y me dio su bendición bajo el templo de las 2 campanas, así  fue una travesía imborrable que jamás olvidare.

*Crónica de la sierra huichol en Jalisco México

Pepe Cabrera Martinez
Guadalajara Jalisco, Mexico














De colores


Debajo  de  la  luna
descansan  mis  pies  fatigados,
y  busco  en  mis  ojos
aquel  leve  suspiro  que  la  alegría  grita
cuando  los  recuerdos  resientes
te  impregnan  de  felicidad  la  vida  cotidiana.
He  atravesado  oscuridades  llovidas
de  múltiples  desilusiones  con  dientes  y  corajes.
Después  de  algunas  tempestades,  mi  pobre  barca
está  adornada  de  alegrías,  de  colores,
de  desafíos,  que  a veces  me  empecino  
en  disfrazarlos  de  miedos…
¡Cuan  débil  es  la  fortaleza  de  los  sensibles!
¡Pero  cuan  firmes  son  los  pasos  del  optimista!
















Musa desconocida


Día tímido casi imitando la nada;
prevalecen los susurros sin caricias.
Los arroces con sus cosas se distraen
y fluyen cual vertiente al horizonte.

Las marcas del espejo están disconformes,
los ángulos de tu piel están al borde de aparecer;
miradas de un jilguero desconcertado.
Termina el cielo y empieza.

La música que hace silencio

La hiedra que no crece 


Revista Viajero Nro. 37 - Septiembre 2009





Reflexiones


Muchas veces me interrogué sobre la felicidad
Qué es, cómo y a dónde se la encuentra
Pensé que la mía se alojaba en tus labios,
En tu nombre, en tus presagios

Imaginé que sólo habitaba en la bella morada del amor
Hasta que esa policromática flor se marchitó
De tanto perfumar a hombres sin compasión,
De tanto amar sin retroalimentación

Desconozco si alcanzaré esa sortija algún día
En la loca calesita de la vida
Si verdaderamente tiene un nombre o un cuerpo,
Un espacio o una acción decidida

Si la descubriré en las pequeñas cosas
O entre las grandes ostentosidades,
Pero sí reconozco que no se esconde
Detrás de las necesidades.

Todavía no puedo definirla,
No se cómo llamarla o cómo describirla,
Quizás la encuentre sin buscarla
 O la perciba sin pensarla,
Habrá que darle tiempo al tiempo
Para saber lo que las estrellas me deparan 


Emilia Vega Hünicken
emivegahunicken@hotmail.com
















Misteriosa vida que me enseña en cada paso,
que en tiempos de siembra
llena de semillas mis brazos
y retrasa la luna.
Hablas en cada imagen,
en cada instante.
Me cuentas las brechas de los caminos,
los incontables destinos.
Maestra es la vida
y aprendo sus grises,
sus laberintos y horizontes de luz.
Sus planes me asombran e intimidan,
me calman y agitan.
Testigos somos de su inmensa intensidad.
Discípulos de la vida,
como las hojas de los vientos.


Noelia S. Bozzo
noeliabozzo@hotmail.com














Ensayo sobre la soltería


Si hubiese tenido que hablar del tema por lo menos 1 año atrás, no coincidiría ni en la mitad de los conceptos. Y digo mitad por ser generosa y menos contradictoria.
Hoy por hoy, la soltería me resulta un beneficio indescriptible. Un privilegio casi supremo. Y no por huraña, aunque algo de eso tengo; no por falta de ganas de compatibilizar con el otro ( lo cuál tampoco se aleja tanto de la realidad), sino porque he aprendido a tener un plan B, hay cosas con las que no puedo lidiar, no me salen, no sirvo; simplemente elijo mal. Siempre termino encontrándome con príncipes azules que se destiñen y me manchan, y para ser sincera ya no da. O por lo menos ya no me da a mí. Mi plan B ante la incapacidad de congeniar con alguien, es la soltería.
Elijo cada día mejor mi soledad.
Bah llamarlo soledad sería peyorativo. No estoy sola, estoy conmigo, con todo mi mundo interior y con todo lo que tomo del exterior.
Ayer casualmente mi peluquero, al conversar de este tema, me preguntó: “qué vas a hacer cuando tengas 50 años?” y respondí: “ lo mismo que ahora, leer mis libros, compartir tiempo con mi familia, hija, amigas, amigos, algunos con derecho a roce otros no.”
Lo que rotundamente no quiero es llegar a los 50 años y decir “ qué hago acá? Por qué me aguanté a este pelotudo tanto tiempo?”
Eso si que no, no y no. Aprendí a fuerza de prueba y error que hay personas que te consumen la energía, te apagan, te desgastan, te maltratan incluso cuando dicen “te amo”.
Qué voy a hacer si por miedo a estar sola a los 50 años, tengo una garrapata al lado? Me voy a querer matar.
Prefiero cien veces estar conmigo, que no es lo mismo que estar sola, que tener que negociar con el absurdo de conformarme con alguien que no llena ni la mitad de mis expectativas y peor aún que no satisface ninguna de mis necesidades, que a decir verdad no son demasiadas.
No quiero caer en lo machista vs. feminista (y lo soy hasta la médula) creo que el amor no entiende de género, no distingue los sexos, te toca o no te toca, todo lo demás: el enamoramiento, la idealización, la proyección en el otro de lo que uno desea que sea, no es amor, sino una mera aproximación. La realidad de dos personas que se cruzaron con algún fin.
El otro siempre está ahí para enseñarnos algo de nosotros mismos, cuando logramos aprender, sigue su camino. El amor a mí entender, y no es que entienda demasiado, es otra cosa: Es un privilegio de pocos pero no me parece el fin único de mi existencia. Creo que todos somos compañeros de viaje, con algunos coincidimos hasta el final del recorrido, con otros, simplemente un par de estaciones.
Tal vez y solo tal vez, no tenga destinado un compañero para todo el recorrido y no me hace mal, no me molesta ni me incomoda.
Sinceramente prefiero eso a la eterna compañía de un freak, de alguien que se diga príncipe o compañero ideal y no haga otra cosa mas que complicarme los sesos, el viaje y hasta la vida.
No quiero tener ganas de saltar por la ventanilla o pedirle a dios con énfasis que lo haga caer o simplemente desaparecer.
Quiero ser feliz, sola o acompañada. Y se fehacientemente que cualquiera sea la circunstancia, ninguna va a impedir el fin último. El principal. El más importante. El ser feliz.
Y claro está que el amor es parte de la felicidad, pero hay tantas clases de amores.
De tantas formas y colores que si uno no los toma de la manera en que se presentan, está perdiendo el objetivo; está haciendo foco en otro horizonte.
A mí, la soltería me sienta bien.

María Eugenia Nebbia 













Llorando la lluvia


Un gato negro maúlla,cuando esta consumiéndose de fiebre.
Un perro extraviado aúlla,cuando esta solo en la noche,
Una mujer enloquece,cuando piensa en lo que recibirá.
Pero,un hombre comienza a llorar,cuando esta enfermo y cansado de vivir.
Sigo soñando el mañana,y siento que desperdicio mi tiempo encendiendo velas donde sopla el viento.
Siempre hice lo que pude por un futuro mejor,pero un corazón dolorido da color a un tapiz solitario.
El sol esta brillando,pero esta lloviendo en mi corazón.
nadie comprende la angustia,nadie siente el dolor,
porque nadie jamas ve las lagrimas,cuando estas llorando en la lluvia.
Nunca podre negar las cosas hermosas que he probado,y aunque me han maltratado,sigo pensando por mas.
Se hacia donde voy,no espero que me perdonen,no puedo separar los buenos tiempos de los malos.
El sol esta brillando pero esta lloviendo en mi corazón.
Nadie comprende la angustia,nadie siente el dolor,
 porque nadie jamas ve las lagrimas,cuando estas llorando en la lluvia.

                                                                                Nunca te olvidé.
 Anónimo














Leco


 Un leco invadió hasta lo más profundo de sus tímpanos, obligándolo a permanecer inmóvil con la respiración acelerada. Aún cuando el sonido se enredó entre unas ráfagas de viento que azotaban el ventanal, diluyéndose, tampoco acertó a moverse. La transpiración es densa y helada, los pensamientos disparan hacia zonas inhóspitas queriendo escapar al hermetismo opresor.  Lo único claro es que debe deshacerse de él. Mueve los pies para comprobar que siguen allí, se incorpora y prende la luz. Estira la mano con gesto mecánico y alcanza un manojo de hojas amarillentas y un lápiz que habían quedado olvidados en el segundo cajón de su escritorio.
 Deja caer la cabeza sobre la almohada, vuelve a escucharlo. Otra vez presa del sonido incomprensible, del alarido que penetra en su sien como un hierro hirviendo, intenta correr pero sus pasos se ven jaqueados por el espesor de una noche donde el aire supo adquirir una densidad inimaginable. Aniquilarlo es la opción única, inequívoca. Con la firmeza incorruptible presente sólo al segregar cantidades exageradas de cortisol, toma el lápiz y empieza a escribir, inseguro del éxito que pueda lograr esa jugada iniciada casi por azar. Redacta segundo a segundo los horrorosos hechos de aquella oscura tarde, poniendo énfasis en los detalles, revisando una y otra vez cada escena en su memoria para que nada quedase incompleto. Escribió por horas, días, semanas; quién sabe, el tiempo parecía haberse evaporado entre trazo y trazo.
Lo distrae el rumor de las hojas, siente al viento arremeter con fuerza contra las copas de los árboles, de repente el panorama se transforma en quietud sepulcral y muda. Ya no teme, sabe el procedimiento: hojas y lápiz en mano, se lanza a plasmar aquello que creía terminado. Con una caligrafía apretada y fina, escribe lo que la conciencia le impone, sin respetar el orden cronológico de los hechos ni vacilando ante oraciones que se unen sin lograr tener cohesión.
 Ella. Ella estaba ahí, pero estaba ajena. Es decir, casi no estaba, porque nunca estuvo. Yo intentaba alcanzarla, rozar su piel con la yema de mis dedos, retenerla aunque no sea por más de unos minutos. Sacudirla y empujarla de la quimera, que pueda verlo todo. Pero sólo era egoísmo y orgullo, deseaba verlo yo, entender el por qué de sus pausas eternas, cómo se fue forjando ese muro de cemento que la reviste. Ella se dejaba hacer sin oponerse, y era su indiferencia traducida a docilidad aquello que tanto me irritaba. Muñequita delicada, azotarte es mi manera de traerte aquí, de que sientas. Fuente libidinosa de mis mayores alegrías y desgracias, de este mismo manantial no distingo si lo que brota es tu sangre o mis lágrimas.
 El sonido se pierde en la oscuridad al mismo tiempo que él cae rendido ante un profundo sueño. De ahí en más, los encuentros con el leco fueron cada vez más frecuentes y voraces, mantuvo su rutina de manera sistemática como quien se persigna ante una iglesia más por hábito que por convicción. Los papeles comenzaron a invadir la habitación que ya no solía abandonar, hojas desparramadas bloqueaban puertas y ventanas, la luz del sol era un recuerdo difuso.  
Una tormenta que persistió días enteros dio batalla al cielo atravesándolo de norte a sur hasta partirlo en pedazos. El viento impulsa una rama que impacta contra el ventanal.  El agua entra indiscreta, se adueña de cada centímetro, el papel mojado cede dando lugar a una pasta vegetal pegajosa que lo invade todo: primero, la sala de estar, luego la cocina, los baños, los tres dormitorios que nunca habían sido habitados y finalmente el suyo. Con los pies hace a un lado los zapatos ya que jamás sube a la cama calzado. No intenta huir.
Ella regresó el jueves siguiente, como siempre. Para ese entonces la pasta de papel se había condensado dando lugar a una masa relativamente firme y pegajosa que lo abarcaba todo. Él seguía recostado con los ojos en blanco, las manos cubriendo sus oídos, y una expresión lasciva en su rostro, un esbozo de sonrisa.

Agustina














Es mío tu Amor?


Siento alegría en el alma y dulzura en mi corazón.
Siento tantas cosas que a veces pierdo la razón.
Cuando me duermo,
pienso en la dulzura de tu mirada.
Me despierto contento, pero a mi lado
no hay nada, solo tengo la ilusión
de que esté la mujer Amada.
No puedo frenar el tiempo
como tampoco a este Amor,
no deseo que seas mía,
pero sí compartir mi vida con vos.
La noche me iluminó con su extraña belleza,
como iluminado me siento yo
cuando estoy con mi princesa.
No deseo que seas mía
pero sí que sea mío tu corazón.
El cuerpo no tiene dueño
pero si tiene dueño el Amor.
Héctor Carpio















Senectud


Cierto día de noviembre, me encontraba sentado en la silla del comedor y leí a Stefan Swing, la misma monotonía de todos los sábados por la tarde, la calle era vacía, pero  esa monotonía se interrumpió con unos estruendos y sollozos  y mi lectura fue perturbada. 
Acudí a la ventana  que daba hacia el exterior de la casa y lo miré ahí sentado  bajo el gran Ikus, era un viejo  como de unas 8 décadas de vida, su cara engañosa porque no aparentaba su edad, rostro joven pero abatido por las glorias y los pesares que da la vida, su pelo blanco como la nieve contrastaba con su morena  piel, en  fin que la vida no pasa en vano.

El viejo arrastraba el carrito destartalado del mandado, dentro  había pocos objetos, entre ellos apio y unas cuantas frutas y verduras, poco puede comer un viejo y más cuando sus recursos no son lo bastante suficiente para  comprar carne y demás lujos comestibles. Lloraba y lloraba cual niño le han quitado su juguete su mirada entre cortada y sus labios susurraban el nombre de alguna musa o mujer del pasado, su amor perdido de la vida, porque llorar de tal manera solo se hace ante una pérdida de tal magnitud, pero así es la vida ese es el juego, jamás será la felicidad para siempre.

Aquellas piernas ya no podían soportar la fatiga de juventud que caminaba kilómetros y kilómetros sin  un destino fijo, esos débiles brazos ayer soportaron al mundo entero, y tus ojos ayer miraban la lejanía de los cerros hoy se quieren cerrar para siempre, ese corazón está abatido por tanto golpe ya no quiere seguir sonando, hoy desdichado te encuentras no por el cansancio si no por los ayeres idos y el amor perdido, solo debes  recordar y sentir, porque el juego es así.

Pepe Cabrera Martinez
Guadalajara Jalisco, Mexico