Revista Viajero Nro. 97 - Agosto de 2015



Adiós Rosa


El martes 21 de julio, a 100 años del genocidio armenio, falleció la artista plástica Rosa Dolabjian, contaba 83 años. Una mujer generosa, de energía extraordinaria,  entusiasta, apasionada por el arte y incansable difusora de la cultura armenia que heredó de sus padres, inmigrantes, que como muchos otros de igual origen se establecieron, a partir de la segunda década del siglo XX, en el barrio La Colonia, incorporándose con dúctil trato a las múltiples colectividades que ya habitaban ese segundo barrio quilmeño desde 1874, en que llegó don Santiago Valerga. Rosa Dolabjian fue un don que nos dio la inmigración armenia, un pueblo expatriado que eligió para vivir un territorio fundado por otros pueblo "extrañado", los quilmes. Rosa se fue a pintar otros paisajes. Dejó tres hijas, nietos y una vasta obra en museos y pinacotecas privadas en Quilmes, en otras ciudades argentinas y en varios países del mundo

Chalo Agnelli










Te vas a cansar
no!
yo me quiero quedar en este lugar
amores luciendo de pie
las glorias todos aplauden
y hasta las palomas cantan
desplegadas al viento
Unidas
de mis anhelos
ya nació
hecho un ovillo
Profanador!

Lucia Tyburczy
l.uuu.c.iii.aaa@hotmail.com










La misión de Ismael González Castañer más allá de lo ingenuo


El poeta ingenuo es naturaleza, el sentimental la busca
F. Schiller

Continúa de la edición anterior

El físico David Peat muestra en un escrito llamado, El organismo vivo, como todo está integrado y el todo  y la parte son iguales. Peat habla de patrones de conducta del universo y describe como estos patrones acausales y sincronísticos, están en grados de complejización creciente desde lo inanimado comenzando en el átomo hasta llegar a la conciencia. Jung conocía de forma somática toda esta información y la denominó patrones de comportamiento y pensamientos, los cuales dio a conocer después con el nombre de arquetipos, que no son más que el contenido del inconsciente colectivo. Un ejemplo de esto se encuentra en un texto escrito una sola vez, que se aplica de diferentes formas a mujeres de diferentes razas. 

                             NO INVITADAS

Entre la mujer blanca sí
     y la mujer blanca no
tienes un camino y una casa
una granja y una fábrica
un morral

Hablar de uno sería entonces
como encestar balones
en un juego donde aguardan
blancas muchachas
con amor y delfines
los delfines no duermen
las mujeres

de color no entienden
las mujeres de color
       pueden ser todas
  mis amigas de verdad


gritos de aliento para los que tiemblan, recelan
y buscan torpemente
la carne de las mujeres blancas
 LORCA: Poeta en N.Y.


Mulatas criadas para blancos, dijo Vic´.
Entonces,
subraye criadas para formar la anfibología
sirvientas de los… hechas  para los…


Entonces nos damos cuenta de que existen geometrías multiversales dentro de un sistema poético que nos demuestran la estructura metafórica y compleja de la mente. El poeta crea al mundo a la vez que el mundo lo crea a él, ese es el principio que nos demuestra Gonzáles Castañer en este cuaderno que debería llamarse La unión, debido a la cantidad de universos paralelos por separado que va uniendo sin proponérselo.

El tiempo se ausenta en estos poemas a la vez que existe en ellos. ¿Paradójicamente hablando, un poema que pueda llegar a transgredir las barreras del espacio temporal en que existe para situarse en un espacio en que no existe es entonces un poema cuántico? La pregunta la dejaremos para que el lector inteligente se devane los sesos y espere un ensayo sobre el tiempo en la poesía que más tarde escribiré, si es que el no-tiempo lo permite. 
Es real la existencia de un código para una lectura simple a la vieja usanza del siglo diecinueve. Es real también el asunto de que ahora es el poeta quien rompe con este lenguaje ya cansado, que no dejará de generar muchas lecturas a partir de una sola palabra. Pero lo trascendental es adonde ira el pensamiento, a donde nos llevaran los tras fondos poéticos, ese universo metafórico que nos crean libros como este. A medida que el todo se va modificando, se va modificando la escritura y a medida que vamos cambiando. También la poesía ira asumiendo desde si misma los sistemas complejos porque ella es compleja en sí misma. Qué diría Schiller ahora, como le llamaría entonces a esta forma poética que nos muestra el universo, le habría llamado ingenuidad compleja  o naturaleza compleja. Dios en nuestra existencia cerebral y universal no es capaz de saberlo, porque desde sí mismo el genera una y otra vez nuevas visiones. Dios que es la unidad cósmica-espiritual con la que siempre se ha conectado el acto de la creación, aun cuando muchos hemos tratado de arrebatarle ese halo cósmico, es complejo. Es un universo que regresa sobre sí mismo a ser muchos universos, un universo donde el pensamiento es finito. La poesía y la ciencia nos han ido demostrando que Pierre-Simon Laplace y los principios de indeterminación de Heisenberg no estaban mal para nada. Todo sistema que tenga múltiples formas tiene como complemento múltiples estados y resultados (Ver teorema fundamental del algebra).  Lo cual nos demuestra que no existe un solo código sino múltiples códigos y que la poesía atrae para si un grupo de formas y estados consecuentes con su lectura y su análisis. 

Continuará...

Luis Jimenez Hernandez
Habana 1978. Poeta, narrador y ensayista
alucardmc@gmail.com










HISTORIAS CON PERFUME DE BARRIO       

de Nilda Dotremont (2002)

Acaso me recuerdes al llegar el carnaval, como me pasa a mí. Ha pasado mucho tiempo, ya lo sé. Pero aún tu imagen está presente en mis noches de insomnio; y entre tanto desvelo me pregunto una y otra vez, cual fue la razón de tu alejamiento, y hasta el día de hoy no he podido explicármelo. ¡Fue tan lindo nuestro primer encuentro!...Vos estabas en la esquina charlando con amigos, y fue tu risa la nota que me hizo volver la cabeza, y encontrarme con tu mirada. 
Apuré el paso buscando disimular  el impacto que ella me había causado, pero tu voz me detuvo cuando poniéndote a mi lado me dijiste: No tema, no tema; “ no voy a preguntarle como se llama, porque ya lo averigüé”. Y sin que yo  nada te preguntara, me dijiste  tu nombre. Y así, entre divertidos y casi amigablemente, me acompañaste las dos cuadras que faltaban para llegar a mi casa.  Cuando nos despedimos me preguntó: “Mañana nos vemos ¿no?  En el Club comienzan los bailes de Carnaval”.  Y fueron muchos los encuentros y paseos tomados de las manos. Tus manos de dedos finos y largos.
Recuerdo también que cuando nos vimos en el baile, parecíamos ya grandes amigos. 
Cuando vino a saludarme, lo hizo dándome un beso en la mejilla. Y acaso fue ése el momento que empecé a quererte.  Los encuentros durante la semana, eran siempre en la Plaza Principal. Mis amigas decían que éramos “la imagen viva del amor” Si como dos inconscientes, y sin pensar que pudiéramos hacerle daño al árbol, en el tronco de un tilo grabaste nuestras iniciales. Yo, soñadora imaginé en ese acto, como si hubieras puesto una alianza en mi dedo. Cuando terminaste de entrelazarlas, y casi pegando tu  cara  a la mía , me preguntaste: ¿Te gusta?  Y yo sentí pudor de decirte todo lo que pasaba por mí.
En el ultimo de los cinco bailes de carnaval, el Club repartió cotillón , y así , con gran bullicio, y entre papel picado y serpentinas, nos juramos amor.
Al día siguiente, más ansiosa que nunca, esperé su llamado, como lo habías venido haciendo; pero las horas pasaban y su llamado no llegaba. Era ya de noche cuando al ver que no tenia noticias de él, fui hasta la plaza. A esa hora ya estaba iluminada. Busqué con la mirada el banco donde solíamos sentarnos, “nuestro” banco, pero él no  estaba. Comencé a sentir enormes deseos de llorar. Me dejé caer en el, y cerrando los ojos volví mi pensamiento atrás, tratando de recordar lo vivido la última noche juntos. Y ahí me di cuenta que fui yo quien le preguntó: “mañana nos vemos ¿no?”. Y él me contestó: “Este ha sido el mejor carnaval de mi vida, no lo olvidaré nunca!”. Me desesperó pensar que no lo vería más, y como última esperanza me dirigí hacia el árbol donde había grabado nuestras iniciales, pero él tampoco estaba. Ya sin esperanzas, regresé a mi casa, con muchas preguntas y ninguna respuesta. Recién entonces me di cuenta,  que nunca me había dado su teléfono, solo me había hablado de su barrio.
Han pasado ya muchos Carnavales, pero yo sigo recordando aquel, cuando lo conocí. Los siguientes Carnavales siempre volvía al banco con la esperanza de encontrarlo. Lo esperé junto al árbol, que casi borrosas, aun conserva en su tronco nuestras iniciales. Al llegar esta fecha, siempre me digo: “Esta vez no iré a la plaza”,  pero voy, porque siempre está latente la esperanza de encontrarte, para decirte que fuiste mi primer amor, y preguntarte si me quisiste. Pero ha pasado tanto tiempo que acaso, acaso ni te acuerdes de mí. En cambio yo, no puedo asegurar que no te siga queriendo, si no pude olvidarte. 

Nilda Dotremont
nildadotremont@gmail.com