Revista Viajero N° 53 - Marzo 2011





Hordas Siniestras

 
Una marcha infernal,
atroz. El caos se desplaza...
A través de una guerra
planificada discurre. La ciudad
permanece indiferente, inerte,
vacía. Vaciada por oscuras
manos de su vital energía,
sin razón aparente...
Apariencia. Un lenguaje
desconfigurado. La violencia
controlada en las calles
donde las miradas se desvanecen,
y las personas se desdibujan
en un maremagnum terrible,
al paso de las hordas siniestras.
 
Claudia Mercatante
www.claudiamercatante















a Liliana Guaragno
 
y me pregunto qué va a ser de mí | con esta lluvia
 
con tanta agua corriendo calle abajo | y esos despojos
 
que van a la deriva | si hoy el mundo es una boca de tormenta
 
 
hay que llegar | me digo | a la otra orilla
 
mientras trato de recordar cómo era que rezaba
 
aquel hombre que no salía de su casa sin paraguas
 
Miguel Ángel Morelli
en “Despojos”
 
 















 

Anhelo de mujer

 
Que pretendo de ti Buenos Aires
si un día te abandoné cuando adolecía.
Tiempo en que forjé mi nido.
Le brindé mi amor y anhelos de mujer.
Después del largo camino comprendí,
que te había olvidado.
¡Barrio cuanto te debo!
En una de tus esquinas, mientras
miraba la luna, recibí el primer beso,
comprendiendo que siempre sería romántica.
Ese beso fue robado que con miedo respondí
y en puntitas de pie me di cuenta
que la vida está hecha para dos
y así tenerla cumplida.
Hoy sola, mi nostalgia de blanco se viste
recordando aquella luna.
Un sonido que es dolor, rompe la magia
Cuando una bocina me avisa que la luz
del moderno semáforo está encendida,
freno mis pasos actualizando mi mente
viendo, que mi tierna calle de recuerdos,
hoy es una gran avenida.
Te quiero igual Buenos Aires,
mi caminar llega a tu pintoresco puerto donde,
sus pesadas aguas regalan mil espejos.
Sentada en su muelle observo,
barcos oxidados, portadores como yo,
de miles de sueños, que algunos se cumplieron.
Allí, empiezo a volar, escribiendo mis versos.
 
Nilda Deluca















 

Estructuras

 
Imagino líneas verticales extendiéndose
sobre papeles vacíos e inocuos.
Elaboro mentes curvas, respirando
el sabor del blanco opaco.
 
La creación comienza su engranaje
alguien mueve una palanca
obligándome a volcar el corazón
para transformar edades y materia.
 
Presume ideas, una tras otra
y mientras las examino
se van haciendo carne
en cada trazo advertido.
 
Descubro, en el silencio de la tarde
un sentimiento de paz
que palpo y vierto
apretujando un lápiz
adormilado entre mis dedos.
 
Elizabet Paula Francken.















 

De últimas

 
Destruido,
ajado, roto.
Destrozado;
así viniste a confesar
lo que mil veces te advertí.
Destrozado,
sucio,
inútil el hablar.
Sin alguna explicación
me voy a matar, dijiste.
Nada mejor.
Adiós...
 
Carlos Amilcar López
 














De tiempos y de vientos, parte III

 
Porque el viento me ha dicho
que todo me lo devolvería transformado.
Porque el viento me lo ha dicho
y yo le he creído.
Porque hoy los vientos ya se han convertido
en brisas, en soplos de vida, en coplas de alegría.
Cuida bien lo que siembras, porque solo eso
recogerás.
La vida al igual que el universo se rigen por
la misma ley.
No importa cual sea tu credo, incluso si no
crees en nada,
todo es causa y es efecto y a eso nadie escapa.
Porque el viento me ha dicho
que todo me lo devolvería transformado.
Porque el viento me lo ha dicho
y yo le he creído.
Y aun así, aunque no crea que los vientos dicen,
aunque por momentos no haya creído,
nada de lo que escribo,
la vida al igual que el universo se rigen por
la misma ley.
Todo es causa y es efecto.
Todos somos causa y efecto
de los sentimientos que entregamos.
Y a eso nadie escapa.
Todo nos llega transformado,
porque yo lo he creído
porque siempre he construido
hoy por fin se fueron los huracanes
y las brisas acarician mi alma
y los soplos me dan vida
y las coplas alegría.
Hoy siente la felicidad el alma mía,
hoy disfruto la dulzura de tu compañía,
en los vientos
en las brisas
en los soplos de vida
de tus sonrisas
en el tiempo más perfecto
de mi afecto.
 
María Eugenia Nebbia
maru_nebbia@hotmail.com
 
















Te extraño

 
Hoy pasé de una pesadilla
a la realidad,
extraño esas voces
dentro de mi cabeza,
no paran de hablarme.
Esas voces que me hacían diferente
al escucharlas.
Solo miro a mi alrededor
y solo veo gente
sin rostros caminando
por la peatonal de Varela
perdiéndose entre
mis recuerdos tu imagen.
Pero sigue intacto
aun ese sentimiento que alguna
vez sentí por vos por ti"
 
Juan Carlos Godoy
juanboliche@hotmail.es















 

¡Jamás dejes de leer!

 
Juan y Pablo eran grandes amigos, Juan era un gran devorador de libros, un hombre intelectual. Pablo era un hombre sencillo pero muy audaz, que disfrutaba mucho de las conversaciones que sostenía con su amigo el intelectual, ya que aprendía mucho de él. Un día mientras leía uno de los diarios nacionales, Juan le preguntó: “Sabés quién era René Descartes” “Uno que fue ministro de agricultura” contestó Pablo, sonriendo, porque sabía que esa no era la respuesta, “Vos si sos baboso realmente, eso te pasa porque solo las páginas de deportes te gusta leer y no ves ni noticias” le contestó Juan.
-¿Para qué voy a leer noticias si solo de muertos habla, solo de cosas feas y tristes, mejor me distraigo un poco leyendo cosas alegres no te parece? Le preguntó Pablo, en un tono burlesco, tratando de incomodar a su amigo el intelectual.“Te voy a explicar, René Descartes era un filósofo francés del siglo XVII, que dijo que cuando uno lee libros, es como tener una conversación con hombres bien educados del pasado, en la que el autor expresa solo sus pensamientos mas nobles. Sin embargo mi querido amigo Pablo, te diré que no vale la pena conversar con todos los escritores; y no todos los pensamientos de los escritores son realmente nobles” agregó Juan.
“¿Tú me estás diciendo entonces que no lea a todos los columnistas, porque algunos no tienen pensamientos nobles?, ¿y que, debo escoger prácticamente lo que deba leer?” Preguntó Pablo. “Tienes que tener cuidado con lo que leas, eso nos lo dijo Descartes, yo no puedo decirte a quienes leas y a quienes no, eso a medida que tu vayas navegando por la lectura te darás cuenta, de quien trata de engañarte y de quien trata de llenar tu cabeza de telas de araña. Pero solo en la lectura mi estimado amigo, tienes que leer, conviértete en un asiduo lector, y así, se te abrirá un mundo maravilloso” agregó Juan
Cuando de repente llegó Karla, una buena amiga de Juan y Pablo, salía con ellos a tomar tragos y les tenía mucha confianza, aunque la enamoraban, ella los apreciaba mucho porque no eran vulgares ni le faltaban el respeto, se sentía bien con aquellos soñadores. “¿De qué hablan mis amores?” Preguntó Karla. Ella les decía mis amores o mis novios. “Estamos hablando de la importancia de la lectura, y de cuanto importa lo que leamos” le contestó Juan y le preguntó; “Tú que ya eres una mujer vivida, con experiencia, ¿crees que cuando leemos puede influir de tal manera que afecte nuestra conducta?”. “Yo tenía un hogar y una bonita familia, pero no me encontraba satisfecha con aquello, anhelaba la aventura, la excitación y la emoción que tan atractivamente se describen en las novelas, creía que algo andaba mal en mi matrimonio” contestó Karla.
“Pero tanto así, no lo puedo creer ¿quiere decir que por las novelas perdiste tu hogar?” Le preguntó Pablo, muy curioso. “La realidad es que aquellos libros despertaron en mi fuertes deseos sexuales y curiosidad, el éxtasis y la euforia que sentía la heroína en los encuentros apasionados con el héroe o el galán, hicieron que yo deseara experimentar lo mismo, eso me llevo a ponerle los cachos a mi ex marido, ahora eso me sirve de lección, y escojo bien la literatura para no cometer otro tipo de errores” agregó Karla.
“Eso es lo que trato de decirle a este bobo, lo que le va a pasar a este es que se va a enamorar de un jugador, porque solo deportes ve, jajá”, riéndose le dijo Juan. “Jaja que chistosito te has vuelto, tú como solo de intelectual trabajas, que solo lees a un Márquez, un tal Paulo que es de Brasil creo, quieres avergonzarlo a uno solo porque uno no lee” dijo Pablo un poco molesto.
“No le hagas caso, Pablito mi amor, Juancito tiene razón, solo fíjate lo que te acabo de contar, hay que tener cuidado con nuestra lectura, busca un libro que sea educativo, y poco a poco te gustará leer, y se convertirá en un hábito” le dijo Karla.
“Karla tiene razón, Pablo encarrílate en el mundo de las letras, inunda tu cabeza de buena lectura y así podrás beneficiarte, pero ojo, ten cuidado con los columnistas o los libros que tú elijas, que sean para tu bien, para que te formes como un hombre de bien para nuestra sociedad; y enseñarle a tus hijos, para que quede grabado en su mente como tinta indeleble el maravilloso hábito de la lectura, y ¡jamás dejes de leer! Porque hay millares de libros a tu alcance, tienes que saber escoger, recuerda el leer un libro es como pasar varias horas conversando con su autor” concluyó diciendo Juan.
“Está bien haré lo que ustedes me piden, trataré de buscar literatura constructiva, y dejaré de leer solo deportes, tienen razón, muchas veces no basta con solo leer noticias, hay que buscar libros, yo por eso los quiero como mis mejores amigos, jaja y ya no me digas baboso, ya verás cuando lea mucho y te deje asombrado de todo lo que aprenderé, ¡tú serás el baboso!” Concluyó Pablo. Los tres amigos muy sonrientes se levantaron y se despidieron porque tenían que dirigirse a sus casas, además era de noche y no soportaban el frente frío.
Camino a su casa Pablo reflexionaba y se decía en voz baja, “tienen razón ese par de babosos, les haré caso, desde mañana comenzaré a leer, y a mis hijos les diré que lean antes de acostarse, pero ¡jamás dejaré de leer!”.
 
José Francisco Mejía Ramirez
josefranciscoramirez1978@hotmail.com
Miembre de la Sociedad Literaria de Honduras
Articulista Nacional e Internacional