Azul de jacarandá
El niño-hombre diferente
inteligente, tenaz,
sencillo, humilde,
perseverante, soñador...
Tantas palabras más para reflejar
a este niño - hombre.
Niño especial,
siempre sonriente,
encantador, divertido,
chiquilín, charlatán
capaz de construir momentos
solo con rizas, palabras, cosquillas y chascarrillos.
Hombre al que admiro
por su voluntad para superarse,
su deseo de crecer y ser siempre más.
Bondadoso, protector, confiable,
luchador incansable.
Cazador de sueños.
Vencedor de obstáculos.
Un hombre que quiere ser gigante.
Un niño lleno de fantasía.
Un luchador que pelea hasta obtener lo que quiere.
Un soñador que aún persigue sus sueños.
Sombras
Yin
Desvelo
Oí llegar tus callados pasos
y en silencio observé tu presencia ausente.
Mis toscos y trémulos brazos buscan
proteger tu lejana y frágil figura.
Inmensurablemente deseo darte abrigo,
y así tus labios ofrendarán sus besos
y saciarán este anhelo,
que a cada instante muestra más crueldad.
Se haya enrojecida mi garganta de tanto jadear,
con angustia, tu nombre preciado.
Mis ojos cubiertos de nubes viajan sin ver,
solo responden mi turbia imaginación
y no ofrecen más lágrimas: todas fueron derramadas por ti.
Largas noches en vilo transcurren
y nada logra doblegar mi desvelo,
ni nadie apartar la marginación
que tu ido amor produjo en mí.
Luis 528