Revista Viajero Nro. 132 - Septiembre de 2018



Escuchando la obertura "Romeo y Julieta" de Tchaicovsky, me vino a la memoria, al recordar el drama de estos amantes, un pensamiento que creo que era de Milan Kundera. Decía así más o menos:"Ser es existir en los ojos del ser que amas". Convencido que su amada está muerta, Romeo se quita la vida. Todo un significado. Cuando se pierde al ser amado, cuando ya no nos podemos ver reflejados en sus ojos ya cerrados, es como que la existencia se ha desvanecido en un eterno final. Los ojos han mirado por última vez.

Jorge Omar Alonso
La Plata





Alejandra

no quiero ir
nada más
que hasta el fondo

El lenguaje no le es dócil a Alejandra Pizarnik y tendrá que luchar por la palabra inhallable.  
Potenciar el silencio, que nombrado o no, esté presente.
Ella advierte la imposibilidad de decir.  
Decir entonces, que nació el 29 de abril de 1936 y se suicidó el 25 de setiembre de 1972, es casi imposible.
Los que sostenemos el intento de leerla, sabemos que esos años no existen.
Ella es atemporal.
Una mujer que no conoce la historia del fuego.
Una mirada desde la alcantarilla ... hasta pulverizarse los ojos.

La inmortalidad es un principio de cordura.

Alejandra, sólo un nombre, el suyo.

alejandra alejandra
debajo estoy yo
alejandra

La que ha escrito, está escribiendo y habrá de escribir.

Liliana Souza






El error

Necesito escribir, necesito contarle esto al universo, esto que está condenado a no ser, a no suceder a no existir. A no sentirse, a no tocarse, a no verse. Esto que está prohibido y que en mí cultura es un pecado imperdonable, una aberración, un acto que si se concretara sería señalado como algo asqueroso. Esto que lo siento tan vibrante dentro de mí, que agita mi pecho y enloquece mi estómago. Lo veo tan bello y trae a mí estos pensamientos tan cálidos, estas fantasías que creí que no podían ya crear y transportar mis neurotransmisores a cada punto de mi cuerpo. Cada recóndito espacio que estaba dormido se ha despertado por esto que es tan prohibido. ¿Cómo puede ser malo? Como puede ser asqueroso y rechazado algo tan esperado. ¿Cómo me pudo pasar así, por qué? ¿Por qué el universo me trajo algo tan precioso pero tan imposible? Cómo puede ser tan espantoso imaginar este beso, acariciarte en mis pensamientos, caminar a tu lado, ¡es solo caminar!... No contener el anhelo de tener tu presencia, de estar cerca tuyo, escuchar tu voz, tu risa. Compartir mi tiempo, quiero darte mi tiempo. Cómo puede ser esto que siento tan condenado, tan prohibido. Tenía que contarte esto universo ya que a nadie se lo puedo decir. No hay quien pueda comprenderlo, menos no condenarme por este sentimiento. Solo mis palabras son cómplices de mis fantasías y garantes de lo que estoy pasando. Estas palabras son las únicas que pueden ayudarme a descargar mi angustia al saber que esto es lo único que puedo hacer. Este es el único lugar donde puedo tenerlo. No hay testigos, ni quien corresponda a mi sentir. No puede saberlo él tampoco. No podría recuperarme a semejante ridículo. A esos dedos que señalan porque esto es tabú. Es lo que no se debe hacer. Lo que jamás debe pasar. Solo me queda que el tiempo haga su trabajo, que tenga piedad de mí y todo pueda ser olvido, nostalgia, un imposible más. El más justificado adiós.

Marina Aguirre






Introspección

Tiempo atrás me preguntaba si algún día podría volver a escribir y también si tomaría los pinceles otra vez.
Sin embargo, pasaron casi 10 meses de angustias, decepciones, soledad, vacío y de un montón de sensaciones más que podrían aplicar en esta situación, MI situación , que es propia e incomparable, como lo sería la de cada una de ustedes en circunstancias similares.
Empecé a pintar con pocas expectativas pero sí con el corazón plenamente involucrado en esa tarea sencilla, con una pintura infantil que nunca había realizado. Así fue como surgió la Frida Kahlo niña, y después los famosos Minions.
El camino que recorrí fue un disfrute inesperado, desde el comienzo hasta la pincelada final. Y más feliz fui , cuando al verlos, las sonrisas de mis dos soles iluminaron sus caras.
Ese fue el primer paso.
Después vino el período de las indecisiones. ¿Qué hago? ¿Cómo? ¿Grande o chico? ¿Mucho color o poco?
¿Figurativo o no tanto?
En este devenir pasaron varias semanas, hasta que de repente, como pasa generalmente en estos casos, se hizo la luz.
No más grandes superficies, no más mucho color…
Ahora necesitaba cosas chicas, tamaños que mi corazón pudiera contener y pocos colores; pero sí, mucha tinta y mucho dibujo que me permitieran meterme en él y compartir  un largo tiempo,  brindándole un máximo de atención.
Se acabarían por ahora las grandes telas y los colores cantantes que hacían vibrar mi corazón de alegría. Todo quedaría reducido, menguado, introvertido, como quedé yo después de transitar este camino inesperado que me marcó la vida.
Pero esto es sólo por ahora…Nada es definitivo.
Todo es un ir y venir; el destino juega con nosotros a las escondidas y nos espera a la vuelta de la esquina con una sorpresa cada día.
Todo pasa , dicen… Pero no puede pasar si no pagamos un peaje acorde a las circunstancias que vivimos. Y después de pagar, debemos seguir, porque la vida  siempre huye hacia adelante y nosotros, corriendo para alcanzarla en nuestro apuro cotidiano, no llegamos a disfrutar de las pequeñas cosas que nos ofrece.
Transitemos entonces por la senda que nos marca y lleguemos al final con la seguridad de haberle dado lo mejor, porque en definitiva es para eso que hemos venido y cada uno de nosotros se lo debe a cambio del hermoso regalo de vivir. 

Susana Stazzone






El vals del adiós

Ana era una niña muy humilde y solidaria que vivía en un pueblito muy pobre llamado Río Tranquilo. Este pueblito estaba situado a orillas de un río que justamente por ser tan tranquilo le daba el nombre. Allí vivían solamente doscientas personas que trabajaban en el campo de sol a sol para poder subsistir. La vida no era fácil para ellos, los chicos ayudaban a sus padres y por supuesto no podían ir a la escuela la cual quedaba muy lejos.

    Todas las tardes, cuando las tareas terminaban, Ana reunía a todos los chicos en su casa y les enseñaba como podía a leer y escribir, ella contaba con 15 años  y había tenido la suerte de concurrir a la escuela.

     Ana también ayudaba en su casa, pero tenía un sueño, quería estudiar piano, quería ser una gran pianista. ¿Cómo podía ser eso? si en Río Tranquilo nunca se escuchaba nada, solo el sonido de las herramientas en el campo.

     Sucedió una tarde de verano, hacía ya dos años, el calor era intenso. Ana, cansada se sentó a orillas del río y escuchando el leve sonido del agua combinado con el que producían las herramientas se durmió. Se durmió y soñó.

     En ese sueño comenzó a escuchar una hermosa melodía, desconocida para ella, esa melodía sonaba en un gigantesco piano de cola, el pianista tocaba prodigiosamente un vals muy triste pero muy romántico.

    De pronto... un pájaro comenzó a cantar y la despertó. Se sintió rara pero feliz, había conocido en sueños la melodía más hermosa nunca escuchada.

    Así fue como descubrió su amor por la música, el cual estaba muy oculto dentro de su ser.

    Un día como tantos, Ana estaba trabajando con los chicos y pasó un camión con una noticia: Un pianista venía al pueblo. Ana no podía reaccionar, se colmó de felicidad y empezó a saltar de alegría, todos la miraban sin entender.
...Llegó el gran día, todo el pueblo estaba preparado para recibir al pianista y asistir al concierto. Ana en primera fila, por supuesto no había teatro, cada uno tomó una silla y se fueron ubicando en un terreno alrededor del hermoso piano de cola que habían traído especialmente. Y... por fin comenzó, el silencio profundo se convirtió en un ferviente aplauso. Ana estallaba de alegría, el pianista se ubicó y comenzó a tocar el Vals del Adios de Federico Chopin. Ana se paralizó, era la melodía que había escuchado en su sueño. Lloró de emoción y alegría.

   Cuando todo terminó, se acercó a saludarlo timidamente, él la miró y le preguntó_¿A vos te gusta la música? _Si, contestó ella, y se animó_ Me gustaría mucho aprender a tocar. El la miró, le dio un papel y se fue.
   Qué decía ese papel? En la ciudad, que quedaba muy lejos había un conservatorio y éste ofrecía un beca para estudiar. Ana enloquecida fue a su casa y se lo dijo a sus padres, estos ni lo pensaron. Al otro día todo estaba listo y el viaje comenzó.

   Ana estudió día y noche, recorrió el mundo y volvió a su pueblo, tocó en el mismo lugar, y.. entre el público estaba el pianista, escuchándola, orgulloso de su talentosa alumna.

   Y todo fue gracias a un sueño en el cual Ana descubrió su vocación y a Federico Chopin.

Cristina Quarella






El peligro del tiempo

En el lejano recuerdo de la felicidad una persona suele quedarse. Visita aquellos recuerdos frecuentemente como un fantasma queriendo volver a la vida. El Dios cronos devora todo con su paso.
El tiempo avanza inevitablemente destruyendo cada momento de la vida.
Me quedo en el pasado. No me importa el futuro. Nisiquiera el presente.
No hay esperanza al avance de las horas.

Brian Lavedova

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