Revista Viajero Nro. 117 - Junio de 2017



Ideal II


Sigo esperándolo, deseándolo.
Mi corazón lo llama.
No sé dónde estará latiendo el suyo,
o si alguna vez llegaremos a encontrarnos.

Aunque no tenga nombre,
ni rostro, ni boca,
imagino besar sus labios...
y llegar al cielo.

No sé cómo son sus brazos,
pero me resguardo en ellos...
en mis  pensamientos.

Desconozco sus ojos,
y aún así puedo ver...
que me desnuda el alma su mirada.

Marina Aguirre




Auto lógico

Suelen las manos irse de control,
Tu piel tiene miedo de respirar,
Esa cara está a punto de explotar?
Nunca es tu hora, siempre hay alguien más.
El espejo habla y de tu boca no sale un suspiro.
La violencia ignorante profanada por el dulce amor.
Es cierto que violar un papel es divino, en algún lado alguien dice que no.
Me la paso comprando fragmentos de tiempo que como soles se extinguen entre cada canción.

Leandro Szilvay






El balde rojo

Todavía me acuerdo de aquel balde rojo con el que juntaba la arena, para armar los castillos, que viejos recuerdos de mi madre mi hermana y mi padre todos juntos en la playa, 
Las grutas… no dejo de acordarme que maravillosas vacaciones, y como costaba levantarse pero después valía la pena… claro que valía la pena.
No recuerdo muy bien a que hora creo que a las 7 A.M. en punto, con un rico café con leche.
El balde, Allí estaba en el auto dispuesto a ser usado.
El balde, los baldes, los protagonistas de la playita.
Los baldes dueños y señores
El balde rojo padre del balde amarillo.
Luego apareció el balde bordó, un regalo de mi tía, y deje de darle tanta bolilla al balde rojo.
Pero el balde rojo, siempre protagonista de las peleítas con mi hermana por el mismísimo balde que nadie podía suplantar ni el bordó ni el amarillo
Pero me pregunto…
 Que tenía aquel balde que nadie por más arruinado que estaba de tantas playas podían suplantar?
Ayer fui al garaje y encontré aquel balde rojo, ... creo que es una buena posibilidad para que cambie de generación, si así es el primer balde de Dani va ser el “balde rojo”
Sí, sí, Dani a va a debutar con su balde rojo.

Ximena Lupis








"Una noche, como cualquier otra,
salí sola pensando que volvería.
¿Quién iba a creer
que otra suerte sería
la que me tocaría?

Lágrimas saladas
desfilan por mi cara,
gritos y reclamos
desgarran mi garganta.

Por las calles marchan las personas que guardo en mi alma.
Pidiendo y llorando
verme aún respirando.

Sostienen carteles, velas,
y la poca fe que les queda.
Esperando que algún día
el umbral de la puerta cruce y con una sonrisa los salude.

Cosa que no haría
ni una vez más en mi vida,
pues mi cuerpo ensangrentado
yace detrás del alambrado.”

Azul Baldelli





Adolescentes

Estas inscripto en una escuela informal
llamada “vida”.
Lo que hagas de tu vida, depende de vos.
Las lecciones no tienen fin.
Tienes todas las herramientas y los recursos
que necesitas, la decisión es tuya.
Las repuestas a tus preguntas, están dentro
tuyo.
Todo lo que debes hacer es: mirar, escuchar,
y confiar.

Probablemente, olvidaras todo esto…
pero siempre que quieras,
podrás recordarlo.

Amelia Paccaloni
(91 años)






Arrogancia

Que ilusa arrogancia tubo la osadía de creerse sabia, de sentir que todo giraba en su entorno. No admitió que algo negará su esencia y, sin retorno y aislado, en mi abandono quedaré. Que pobreza absorbió la luz que poseía mi mirada y se alejo detrás de esos ojos color cielo, tratando alcanzar su encendida voz, que ya no ingresa en mis acostumbrados oídos. En qué inmenso océano me he perdido. Dónde hallaré esa costa que estará esperando por mi.
Tal vez recale en alguna playa donde hallar sosiego o quizás, el naufragio me acompañé hasta el final de mis días.

Dilema

Estoy esperando por ella.
Quizás no encuentro la palabra de dilucidar lo que siento, son tantas acumuladas en este ansioso tiempo vivido, que tal vez al observar su presencia se evaporen dejando inconsistente y sin recurso mi alucinante cerebro.
Estar frente a ella apresado en su aroma, observar el brillo en su mirada que insinúa no sé qué, y su sonrisa bucanera tentando mi orgullo varonil. ¿Cómo emprender esa conversación?
Tal vez esperar de sus labios una insinuación, para tomar coraje a expresar cuál indigente es mi vida sin ella y en la que ocuparía por siempre mi camino a seguir.

Luis 528

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